Ninguno
Unas de mis aficiones más relajantes es pasearme por librerías. Aunque ya lo hacía en Córdoba en mis tiempos mozos, no fue hasta que llegué a Granada cuando cogí la costumbre de pasarme al menos una tarde de cada mes por las librerías del centro de la ciudad. Para mí eso era una maravilla: ¡cuántas librerías en pocas calles! Curioseaba tanto los libros de texto de launiversidad como los científicos, las nuevas novelas, los cómics, me reía por no llorar de las amplias secciones de astrología y demás supercherías, e incluso hojeaba los nuevos libros de secundaria y bachillerato. Me hice amigo de varios libreros.
Desgraciadamente ahora he perdido un poco esa costumbre. Intento hacerlo de vez en cuando, pero estoy entrando en el horizonte de sucesos de mi tesis ycomo me descuide, aparte de un ser autista y apático que aparece como alma en pena por el despacho a horas muy intempestivas, voy a terminar totalmente inmerso en la vorágine de ese agujero negro que me absorbe todo el tiempo.
O casi todo. Al menos ahora hablo de otra cosa. Porque no me quiero desperdigar más e ir al grano. En uno de esos paseos, fue por Córdoba en verano pasado, me encontré unlibro pequeño y barato, de bolsillo, en el que salía en la portada un chimpancé superpuesto a una imagen de las Torres Gemelas en llamas. Lo primero que pensé, posiblemente influido por ese chiste que circula por internet, es que el chimpancé era el propio presidente estadounidense, nuestro estimado George W. Bush. El libro se titulaba Aún no somos humanos[->0] y estaba escrito por EudaldCarbonell y Robert Sala, catedrático y profesor de Prehistoria de la Universidad Rovira i Virgili en Tarragona. Se subtitulaba Propuestas de humanización para el Tercer Milenio y me gustó lo que hojeé. Así que terminé comprándolo e incluyéndolo a mi vasta lista de libros pendientes.
Lo tuve en mi mesilla de noche (donde, por cierto, ahora mismo contabilizo 9 libros, 5 de ellos empezados, otroterminado pero que no quiero guardar hasta que escriba otra nota, y el diccionario de inglés) hasta hace un mes y pico, que lo cogí para un viaje. Me encantó. Un libro que hace reflexionar sobre muchas cosas, sobre cómo hemos llegado a la civilización actual y la enorme importancia de los descubrimientos científicos en todo ello. Según comentan los autores, la idea del libro surgió a partir de unasconferencias que ambos impartían, y en él se insiste en la socialización de la Ciencia. En palabras de los autores:
Este libro trata [...] del avance científico, de revolución técnica, del significado de estas revoluciones analizadas desde la perspectiva de más de dos millones de años de historia de la técnica. Hablaremos con detalle de algunas de ellas para diseccionar el progreso técnico humano, yconcluiremos que éste es nuestro mayor patrimonio de supervivencia, lejos de lo que se suele creer. Y, por encima de todo, este libro trata sobre lo que aún no hemos conseguido de forma adecuada: que toda la población pueda acceder y disfrutar de la investigación científica y técnica.
[->1][->2]
Por supuesto, no se trata de un libro de los que uno se traga de una sentada. Esto es, hay queleerlo poco a poco, un capítulo cada día o así, para que así puedas reflexionar un poco sobre lo que cuentan. Se habla de la evolución humana, del ADN y la clonación, del sexo social, de las jerarquías y el concepto de propiedad, de la vestimenta y del proceso de socialización en nuestra historia evolutiva. En este contexto, narran por ejemplo cómo al principio un enorme descubrimiento como elfuego fue usado solamente por muy pocos individuos: era algo reservado sólo un pequeño grupo de homínidos, pero que posteriormente se comenzó a usar por todos y de ese uso masivo resultó su socialización.
No obstante, uno de mis capítulos que más me ha gustado ha sido el titulado de la religión a la ciencia. Creo que no tiene desperdicio (en general, creo que este librito no lo tiene). Aún...
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