Ninguno

A pesar de que algunos investigadores en tradiciones populares manifiesten que la tradición del Día de Muertos en México corre riesgo de desaparecer e incluso sostienen que Halloween lleva pasosadelante respecto al altar de muertos, el 2 de noviembre sigue congregando a multitudes que se dan cita para comprar su pan de muerto y calacas de azúcar y hacer un recorrido por los altares.
Ayertapatíos y extranjeros visitaron las principales calles del centro histórico dispuestos a visitar museos y edificios gubernamentales para ver los altares. Penosamente se dieron cuenta que su recorrido erabastante acotado debido a que museos, como el Regional o el de Artes Populares, estuvieron cerrados por la mañana. Fue constante ver gente mirando por las cerraduras o buscando un aviso o a alguien queles informara si el recinto abriría en la tarde o no. Al no encontrar nada, entonces continuaban su camino hacia otro museo o edificio público.
Pudieron ver el altar instalado en avenida Juárez yFederalismo, corazón de la Vía RecreActiva, por un grupo de ciudadanos. Estuvo dedicado a la Justicia y a la Seguridad, dos cosas que consideran muertas en este país. Sobre el altar colocaron untelevisor en donde proyectaban un video con imágenes de violencia y también de lo que consideran hechos de injusticia. Arroz rojo, pan de muerto, flores de cempasúchil decoraban el altar. Uno de losdetalles que llamó la atención de ciclistas y paseantes era que uno de los escalones del altar estaba vestido de tela de color negro. “Eso es de Halloween. Los altares van de color morado y naranja”,alegaron.
Otro de los pocos altares que pudo verse ayer por la mañana fue el de la Casa Museo López Portillo, dedicado al compositor jalisciense Pablo Moncayo. Olor a incienso de nopal recibía a losvisitantes. Una cruz hecha en el piso con pétalos de cempasúchil conducía al altar, decorado con el pan tradicional y una botella de vino, y rodeado por calacas de gran tamaño, vestidas de época.
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