ninguno
distingue dos realidades irreductibles: el mundo sensible y el mundo inteligible. Aunque en
Platón el mundo sensible dependa ontológica y epistemológicamente del inteligible, no dejan
de ser dos ámbitos irreconciliables.
El dualismo de la concepción platónica de la realidad, se hará notar también en su
antropología, que es la reflexión acerca de la naturaleza del ser humano y el lugar que éste
ocupa en la realidad.
Si en la realidad podemos distinguir un mundo sensible de otro inteligible, también
en el ser humano podremos distinguir un elemento sensible de otro elemento inteligible. El
elemento sensible será el cuerpo y el inteligible el alma. En el hombre, pues, se da también una doble realidad: el cuerpo y el alma. El cuerpo
pertenece al mundo sensible y por lo tanto está sometido al cambio y al devenir. Al cuerpo
pertenecen los sentidos, y es el responsable de nuestro conocimiento empírico o sensible.
Este conocimiento, dijimos antes, no es científico, porque depende de nuestra propia constitución corporal, que es cambiante e imperfecta, como el mundo sensible mismo. Si el
hombre sólo fuera cuerpo, aquí terminaría todo. Sin embargo somos capaces de alcanzar
cierto conocimiento que no es sensible, sino intelectual. Esto ocurre, por ejemplo, cuando
comprendemos un concepto matemático abstracto. Apuntes de Metafísica. Platón
11Un concepto matemático no es algo sensible. El número 5 no es un objeto material. Si
podemos ver cinco cosas, es porque estamos aplicando el concepto de 5, pero él mismo no es
una cosa. Las verdades matemáticas, además, son eternas. Aunque el mundo no hubiera
existido nunca, siempre sería verdad que 2+2=4. En consecuencia, podemos decir que en las
matemáticas estamos accediendo a un ámbito de la realidad que no es sensible ni material y
que no está sometido al devenir.Si el cuerpo pude percibir la realidad corpórea porque él mismo es corporal, ¿con qué
podremos percibir la realidad incorpórea y atemporal de las matemáticas, o de las ideas
abstractas? Evidentemente no con el cuerpo, pues no son realidades accesibles a los
sentidos. Estas realidades son percibidas, en consecuencia, con el alma, que es el elemento inteligible del ser humano porque es afín a la realidad que es capaz de conocer: el mundo
inteligible.
Así el cuerpo pertenece al mundo sensible y el alma al mundo inteligible, de forma
que el conocimiento sensible basado en nuestros sentidos corporales es inferior porque se
ocupa del mundo sensible, mientras que el verdadero conocimiento científico, racional, ha de basarse en la capacidad del alma para percibir el mundo inteligible.
Puesto que el alma está ‘emparentada’ con las ideas, gozará de las mismas
características que éstas y por lo tanto no estará sometida al devenir; será, pues, inmortal. La
muerte, en realidad, sería para el alma una liberación de las cadenas que la atan al mundo sensible a través del cuerpo. La verdadera vocación del alma es alcanzar el conocimiento de
las ideas, pero al estar mezclada con lo corporal, este conocimiento no es completo. El
cuerpo no es más que un obstáculo que ha de ser superado.
Psicología platónica: estructura tripartita del alma
En numerosas ocasiones experimentamos cierto conflicto interior. Este conflicto no es
corporal, luego debe producirse en el alma. Ejemplo de este conflicto es, por ejemplo, la
lucha que experimentamos entre lo que sabemos que debemos hacer y lo que nos apetece
hacer. No tiene sentido decir que el alma entra en contradicción consigo misma, porque nada
puede contradecirse a sí mismo. Según Platón, el conflicto es el signo de la complejidad ...
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