Ninguno

La segunda cuestión que es necesario destacar en este manifiesto, por el modo en el que habla al corazón de nuestra situación política presente, es su fuerte tonolatinoamericanista. No es necesario abundar: no solo algunas de las más famosas t solicitadas frases de este documento (desde si dedicatoria “A todos los hombres libres deSud América” hasta la que remata todo el escrito) participan de esa entonación que lo recorre entero sino que la gran influencia el movimiento reformista cordobés entoda la región es una de las razones de su norme importancia trascendencia y también actualidad. Porque, en efecto, igual que aquella de este manifiesto, esta que vivimoses sin duda también, para usar la expresión que aquí puede leerse, una “hora americana”. Quizás con la importante diferencia con respecto a aquella de que si entoncesese impulso latinoamericanista provenía más bien de los sectores de la militancia universitaria o de los ámbitos de la vida intelectual (de Ingenieros a Mariátegui, deRodó a Vanconcelos), y si la propia reforma alcanza esa dimensión continental gracias a la militancia de dirigentes estudiantiles como Gabriel de Mazo, o de políticosde la oposición como Alfredo Palacios, hoy en cambio esa alineación regional de las políticas forma parte de una orientación compartida por una parte decisiva de lospropios gobiernos de los países del sur del continente. Motivo suficiente para recordar con entusiasmo los antecedentes intelectuales y políticos del aquel latinoamericanismo de hace casi un siglo, pero también para imaginar para el hoy, miras aun más amplias bajo el auspicio y con el empuje de los propios gobiernos de nuestros estados”