Niñoneta

La niñoneta: la nave de los sueños María Ignacia Zamorano Z.
En camino a Lampa ella va feliz junto a sus padres. Una niña que sonríe frente a la ventana del auto, sentada ahí, lo más probable que su mente va en blanco, pensando en nada, sólo apreciando y contemplando el paisaje que invade de emociones su día, los olores, los colores, los animales, los autos, en fin, todo lo que larodea en ese momento hacen crecer más y más esa imaginación y creatividad que durante los seis años de vida que tiene la han caracterizado.
Va y viene sin preocupaciones, solo vive el tiempo y emoción, la del viento que invade su corazón, es como si viviera constantemente en un columpio, que va y viene, en donde sólo disfruta y vive el momento.
Ya llegando a la parcela de los Rey, donde susgrandes amigos, su comadre y “su comadro” como María Ignacia solía llamarlos, se baja de la furgoneta con la ayuda de la mano de su padre, lo primero que hace es correr hacia su gran amiga Catita: Hola Cata ¿cómo estás?... ¿juguemos?, en ese momento comienzan a jugar en el jardín de la casa, luego de un rato llega a compartir junto a ellas el nico (su comadro), ríen, aventuran, y se suben a laniñoneta. En ese cajón de manzana que estaba amarrado por una cuerda a la moto que tenía, se sumergían en el viento que acariciaba sus rostros y hacía volar sus cabellos, la felicidad que la nacha sentía en ese momento era impresionante.
Su intensa y creativa personalidad, le permitían disfrutar cada uno de los momentos que aparecían en su vida y en su día a día, los sentimientos parecidos almovimiento de una hamaca, como el sube y baja que deja todo a la suerte, eso era, precisamente eso, la suerte y el azar, nunca se sabía que era lo que la nachita diría o haría…
Llego el momento de almuerzo, la niñoneta quedó estacionada en el Jardín y aquella pequeña llegó con sus mejillas rojizas como un tomate, el pelo desordenado como un plumero y su ropa ni hablar, ya no había espacios sin tierra.Todos los adultos rieron al mirarla, ellos sabían que la nachita llegaría así porque cuando hay que jugar, ella juega a concho, cuando hay que comer parece un león frente a un trozo de carne, y así con cada uno de los impulsos que vivía día a día.
Cuando ya estaban todos sentados en la mesa, y la sombra del nogal entregaba una sombra exquisita y tranquilizadora, sirvieron los platos del asado,comenzaron a comer, a conversar, a beber y a recordar lo que habían vivido el fin de semana anterior… siempre era lo mismo, todos los domingos se encontraban las dos familias a comerse un asado, pasaban toda la tarde juntos hasta que se iban en el atardecer y le preguntaban a la nacha: ¿te quieres ir? A lo que ella perpetuamente respondía: ¡No, no he jugado nada! Y antes de salir del puente deentrada a la casa, ella ya iba durmiendo encunada en el asiento trasero del auto.
Mientras comían ese suculento almuerzo, el tío David le pregunta a la pequeña niña, nachita, ¿cómo te llamas?, ella se quedo pensando unos segundos y le dijo, María de las Riquezas, por su puesto se escucharon de fondo las carcajadas de los adultos, pasó un largo rato y ahora la tía Cristina nuevamente le preguntó:nachita, ¿cómo te llamas?, ella con su cara de traviesa puso su dedo en su mentón y pensativamente se quedó unos minutos, luego lanzó un: Manzanita del Perú, innegablemente todos rieron, pero ahora su padre se lleno de emoción y abalanzándose sobre su pequeña niña la comió a besos, ya no podía más de ternura, ese momento fue invadido por el amor.
La nacha ya estaba desesperada, ya no aguantaba mássus ganas de jugar, así fue como con un salto de la silla en donde esas piernecitas cortas colgaban, salió corriendo nuevamente a la niñoñeta, que estaba estacionada en el árbol.
La nacha adoraba la niñoneta, era una nave, en ella volaba y no sólo volaba al subirse a ella, sino que ella la hacía volar por todas partes, imaginaba que viajaba a otros lugares, viajaba dentro de su propia cabeza y...