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El profesionista en pedagogía cuenta con una esencia que lo distingue de los demás, un particular modo de ser, una forma de existir basada en un pensamiento influido y vinculadocon el proceso y quehacer educativo. La manera de “estar en el mundo” del pedagogo conforma su ethos basado en creencias, pautas de conductas manifiestas frente a la vida, practicas constructoras,actitudes y hábitos que edifican un estilo de vida dirigido hacia la exploración de nuevas estrategias de formación y transformación en la praxis educativa.
El ethos pedagógico consiste,ciertamente, en la adquisición de una singular fuerza y seguridad internas, lleva a cabo una serie de tareas en lo individual y conlleva valoraciones, normas de conducta moral y un sentido cultural con el quese llevan a cabo impulsos y acciones de tipo educativo.
Existir y vivir como pedagogo es una condición distinta de ser, de pensar, de sentir e implica un auto-conocimiento, el desarrollo de unsólido auto-concepto, claridad de nuestros límites y la seguridad de nuestros conocimientos, quehaceres y valores disciplinarios y profesionales. Dentro de su esencia podríamos distinguir una vocaciónhumana caracterizada por una particular búsqueda del desarrollo educativo de la humanidad que pervive y a la vez se expresa en múltiples y diversas formas, lenguajes y contextos, un sentido común,reconocimiento y divulgación de la educación, cooperación, lucha, sensibilidad y creatividad, búsqueda de la originalidad, altruismo, espíritu de familia en las relaciones interpersonales, libertadresponsable, respeto y atención a la personalidad de cada individuo, criterio abierto, sentido de desarrollo, visualización de la vida como un proceso de cambios fructíferos, amor a la verdad , laautoridad entendida como servicio responsable y basada en relaciones de amor, entrega y dedicación plena, el desarrollo de la capacidad de auto-educarnos, de comprender nuestro carácter de constructoras...
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