no amigos
Larsen (o Junta cadáveres) regresa a Santa María. Ciudad literaria y provinciana de la que ha sido expulsado, entre otras cosas, por haber tenido la indecencia de regentear un prostíbulo. Larsen, un rufían melancólico, igual que la ciudad que lo atrae y lo expulsa, completamente inventado, funciona en las novela como una suerte de espejo donde los pobladores de Santa María, elcura, el farmacéutico, el mismo Doctor Díaz Grey, ven reflejadas sus propias miserias y desgracias. Larsen, "en apariencia domado", pero con el cinismo de siempre, al que debe agregársele un resentimiento casi brutal, indiscriminado sobre la ciudad y sus pobladores, regresa con la excusa de trabajar en el Astillero de Jeremías Petrus, un viejo edificio abandonado, tan ruinoso y húmedo como su dueño.Con la cara más gorda y todavía con aquel aire de compadrito porteño, Larsen sube a la balsa y remonta el río
en busca del Astillero. Se aloja con indolencia en la pensión de Belgrano. Sospecha que tal vez aquel sórdido conventillo sea su última residencia en la tierra, pero sin oponer resistencia va entregándose despacio,
con los mismos vicios y la mala suerte de siempre, aceptando que lavida y su destino nunca fueron para el mismo lado.
Gerente General del Astillero, nombrado a la distancia por Petrus, el viejo loco, Larsen juega al juego de remontar el negocio de la reparación y construcción de barcos; sabe- como también lo saben sus empleados- que la tarea será imposible, que todo esfuerzo será en vano, que cualquier intento de devolverle la vida al Astillero más tarde o mástemprano acabará en fracaso. Fracasa también en su intento de seducir a la hija de Petrus, Angélica Ines, indomable tarada, y termina llevandose a la sirvienta a la catrera;admite que el fracaso se debe a una cuestión de clase, de lumpenaje.
Entonces Larsen , con sus compañeros de trabajo o subordinados, Kunz y Gálvez, pasan interminables horas metidos en el edificio, mirándose las caras,malvendiendo lo que va quedando. Después se van a la casilla donde vive
Gálvez; allí escuchan tangos, fuman cigarros negros, almuerzan carne asada sobre las brasas, escuchan tangos, hablan poco, solo lo necesario para evitar conocerse, encariñarse unos con otros. Aunque Gálvez esconda un mapa o un documento que implica en "chanchullos" al viejo maldito, todos saben que haga lo que haga con aquelpapelucho no servirá de nada; nada cambiará, todo seguirá igual porque las cartas del juego ya fueron repartidas, y a ellos les tocaron las malas...
Algunos críticos literarios dicen que el Astillero fue escrito como una metáfora del Uruguay , uno de los tantos países del sur sin futuro o de progreso postergados; víctimas de históricas injusticias y destinados al fracaso siempre. Sin embargo, a medidaque el tiempo avanza, cada vez que releo las hojas gastadas del Astillero, pienso que el Astillero, tal vez para Onetti, fuera una metáfora de la vida misma; de algo que comenzó sin ningún propósito evidente, o con un propósito indescifrable para nosotros mismos; como el Astillero de Onetti, un ser extraño o un oscuro monstruo, que
se vive a sí mismo con indiferencia de quienes lo habitan, lopadecen y lo sueñan, que por más esfuerzos que hagan
nunca podrán cambiarlo.
ENTRE EL AMOR Y EL ODIO
Ana Cristina era la protegida de don Fernando, el dueño de una gran fábrica de zapatos, pero estaba muy enfermo, muriendo y llegando su sobrino Octavio a hacerse cargo de todo, pues su tía ya estaba muy anciana para esos trotes, a pesar de que contaban con Marcial que era la manoderecha de don Fernando.
Un tipo taimado y marrullero que lo único que quería era apoderarse de todo en complicidad con Frida, antigua enamorada de Octavio don Fernando le descubrió sus malas intenciones y la echó de la casa ofreciéndole buen dinero un día antes de la boda con su sobrino, por lo tanto él nunca le pudo perdonar que lo alejara del amor de su vida.
Por lo tanto la primera impresión...
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