no es una tarea, no leer
-Trabaja niña inmunda! –me grito mientras sentía como me caía al piso. La caída fue letal, ya había sangre corriendo por unas partes de mi cuerpo, y sabia que tendríamuchos hematomas, solo si sobrevivía. Comencé a tener más calor. Me sujeto del cuello de la camisa que unos meses antes había robado y me atrajo hacia ella, comencé a gritar cosas a las cuales noprestaba atención; estaba viendo detenidamente sus ojos rojos y alrededor de ellos habían pequeños vidrios impregnados en su frente, supe que se había drogado para matar sus penas, ya que seguramentehabía tenido una pelea donde le habían lanzado una botella de vodka barato al que ella guardaba como si fuera una piedra preciosa. Casi nunca lo tomaba, hoy día, lamentablemente, fue la excepción.
-Tedije que no me mires a los ojos, mierda! –me lanzo al suelo donde me pateo y me volvió a pegar, pero esta vez con más furia. Toda su ira, al ver como botaban su frasco preciado lleno a medias de venenoinstante pero no letal que quema tu garganta con tan solo olerlo, mezclado con litros de alcohol, unos cuanto gramos de alguna mezcla de drogas legales, y con su diaria dosis de frustración eran unade las peores combinaciones que el destino pudo haber creado para nosotros. Éramos seis niños.
-Puta! Zorra! Me arruina’ la vi’a! –me grito dando escupitajos y acertando en mis ojos que se rindieron,me pateo más fuerte y saco una navaja que tenia en su bolsillo, acertó justo donde ella quería, en una vena principal. Gire mi cabeza, antes de morir, y me di cuenta que siempre estuve sola, jamás...
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