No hay dudas que el siglo XX fue un siglo de transformaciones impresionantes en la humanidad
El camino emprendido por la mujer no ha sido lineal sino lleno de encrucijadas, avances y retrocesos, debiendo luchar contra la oposición masculina y, lo que es peor, contra su propia ambivalencia. Tantos siglos de educación y disciplinamiento configuraron una identidad que, por conocida y aceptada, proveyóde seguridad, aunque también de severas limitaciones para la constitución de un ser autónomo.
Cuándo la mujer sintió que necesitaba de esa autonomía, que le daba autoridad sobre sí misma y aumentaba su autoestima? Cuando salió a trabajar y encontró, más allá de la satisfacción de una necesidad concreta, todo un universo de relaciones y significantes nuevos que la afianzaron como persona adulta. Ya eraimposible volver atrás y no lo podía evitar ni la dureza del trabajo en las fábricas ni la exigencia de la doble función.
En lo que respecta al desarrollo profesional, todavía las mujeres tenemos mucho por qué luchar. En las Organizaciones, pocas mujeres en comparación con los hombres, llegan a los máximos niveles ejecutivos y las que llegan lo logran, en la generalidad de los casos que yo he visto yque son muchos, desempeñándose conforme a un modelo masculino.
Sacrifican un modo femenino de entender y de actuar, a la par que sienten que están sacrificando a su familia, por alcanzar objetivos de crecimiento profesional. Las que lo logran sin sentimientos de culpa, son en su mayoría, las mujeres que no han tenido hijos, o que se han divorciado y tienen la justificación de mantener a loshijos.
En nuestra sociedad, que una mujer con hijos tenga ambiciones laborales y ponga energía en eso, todavía es juzgado. Tan internalizado está esto en nuestra sociedad, que las propias mujeres lo creen y lo racionalizan de las más variadas maneras. Se convencen que hay un tiempo pre y post maternidad para su desarrollo laboral y los hombres, "conversan y deciden" con sus mujeres que, por unos años opor siempre, se dediquen al cuidado de los niños mientras ellos se dedican a trabajar y a capacitarse. No estoy hablando de personas de más de cincuenta años, estoy hablando de jóvenes en la década de los treinta, con los que intercambio diariamente.
Más que nunca estoy convencida que la lucha de las mujeres por la igualación de sus derechos con los del hombre pudo haber sido entendida como unalucha en contra del hombre por mentes estrechas, tan caras a las elites dominantes. Pero el hombre que lucha día a día por el bienestar, cuando no por la subsistencia de su familia, que está excesivamente presionado por el sistema y se siente en situación de desamparo, se sentiría aliviado si pudiese celebrar la incorporación de la mujer a esa lucha, más allá del ámbito doméstico. Ambos sonvíctimas del falocentrismo, aunque no se den cuenta y debieran mirarse como compañeros en una vida a la cual cada uno aporta una subjetividad distinta y rica. Si, además, el ámbito doméstico, comienza a considerarlo como suyo, sólo ahí entenderá que lo que perdió en un lugar, lo incorporó en otro, al igual que la mujer.
Las grandes mujeres que lucharon por los derechos de la mujer en Argentina, Grierson,Lanteri, Rawson, Cherkof y tantas otras, no resignaron su femineidad ni su deseo de compartir una vida con sus hombres, menos aún su capacidad de goce de todas las posibilidades que ofrece la vida. Estos son modelos a los que todavía en el siglo XXI, en la Argentina tenemos que mirar. Conversando con una joven recientemente recibida de médica le pregunté si había oido hablar de Grierson,...
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