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Discurso sobre la sociedad.

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Discurso sobre la sociedad.

25 Feb 2009 19:46Cuanto más grande es el mundo, más detestable se vuelve su farsa, y ninguna obscenidad o burrada de payasos es tan repugnante como la mentalidad de todos los caballeros de sociedad, las damas de alcurnia, los mendigos y los revolucionarios corroídos por la envidia, todos esos Señores juntosdeberían ser abrasados por las llamas. Si uno se fija cuidadosamente en los aspectos repugnantes de las personas cuando las conoce por primera vez, sentirá un rechazo a tratarlos más de cerca, lo cual debe ser siempre bienvenido. Para avergonzarnos de ser personas basta con contemplar aquellos rostros a los que aún no hemos logrado acostumbrarnos. Es siempre desconcertante y a menudo peligroso elque la apariencia y la realidad diverjan mucho entre sí; por ello, me alegro de que el mundo se presente ante mis ojos tan aburrido como lo es para mí razón. Todos los ejemplos sorprendentes que nos han legado nuestros antepasados de traición, envidia, afrentas, doblez y fingimiento, y más aún si nosotros hemos sido víctimas de esas felonías, no deben ser arrojadas al viento y mucho menosolvidadas, más bien se les debe utilizar como alimento para la misantropía, recordarlos una y otra vez, tenerlos siempre vívidamente presentes para nunca perder de vista la verdadera naturaleza de los seres humanos y evitar hacer a éstos concesiones de ningún tipo. Siempre que llego a conocer a un hombre por primera vez no dejo de pensar en que probablemente tendré que despreciarlo u odiarlo en cuanto loconozca mejor. Cuando viajo en el trasporte público y éste se encuentra atiborrado de apestosos humanos tengo la impresión de que estoy siendo castigado y de que terminaré mis días en medio de las sandeces inventadas a la medida de la capacidad de esos idiotas, y que yo mismo dentro de poco me encontraré departiendo impetuosamente y haciendo chanzas vulgares. En muchas ocasiones me he preguntadoporque las familias o los amigos que tienen varios años de conocerse son tan unidos y se aman tanto, es algo que no lograba entrever con claridad hasta que comprendí que se estiman porque son semejantes entre sí. Su pobreza y tosquedad los atrae mutuamente y los mantiene unidos en su maldad, al igual que su chabacanería e indecencia. Nada hay en un hombre que irrite tanto a la gente corriente comosu habilidad para pensar con brillantez. Aunque al instante parecerán alegrarse, su envidia hace que lo maldigan en su fuero interno. El peor envidioso de este mundo es quien a todos toma por sus pares. Sigan, pues, con su empecinamiento por fundar una sociedad igualitaria; si el término medio lo toman de la gente ordinaria puede uno vislumbrar la clase de sociedad que emergería: una sociedad decanallas.

Re: Discurso sobre la sociedad.

04 Mar 2009 05:38¿Por qué a los hombres suelen crecerles miembros o excrecencias que no responden a intención alguna? ¿No pudo el creador del hombre, si es que hubo alguno, prescindir de tanta imperfección y de los incontables hedores apestosos que emanan por todo nuestro cuerpo? Esto es más notorio cuando se observa la armonía y el gracejo de losanimales: su composición y naturalidad son admirables, por el contrario, la impudicia y fingimiento del ser humano me repugna sobremanera. Esto se aprecia cuando las personas acostumbradas a comunicar continuamente a los demás los sentimientos propios prorrumpen en exclamaciones, aun estando solas, e inclusive si un mosquito les pica aúllan y berrean con fastidio, o cuando se les derrama un vaso decerveza se desgañitan hasta quedar afónicos; por el contrario, aquellas personas que están habituadas a vivir en el recogimiento y a contenerse en su propia interioridad, sin importar que se vean cogidas por un súbito ataque de ansiedad o depresión, aun encontrándose en presencia de otras personas no rechistan ni carraspean. Las primeras son un ejemplo de ordinariez, las segundas de prudencia....