No se

Tan poco tiempo he caminado sobre este llano camino, que como laberinto se divide, y se divide, y se divide hasta que lo infinito queda corto. Todo para darnos oportunidades, tantas como divisiones pero ¿Qué me encuentro en este llano camino? Piedras, carbón, vidrios, clavos. ¿No es fatigante este maldito camino? ¿Cuál es el fin de este condenado? ¿O soy yo el condenado a caminar por aquelcamino llano?
Este camino llano llamado vida, que de golpes en golpes nos tumba, ¿dónde está el final felicidad que tanto me prometían? Yo sé muy bien y de experiencia que siempre hay algo al final del camino, sino no existiría. Pero ¿tendrá este final lo que he buscado el poco tiempo que llevo caminando sobre este llano camino? Cada vez que doy un paso tras otro más me doy cuenta que no. Que loque buscó al final del camino está en él. Tal vez un puñado de piedras, carbón, vidrios y clavos.

Mucha gente busca el placer durante toda su vida pensando que está al final del camino llano del que tanto les he hablado y les hablaré
Hace tiempo, cada día que me levantaba era igual, monótono, poco feliz. La costumbre es levantarse con pereza, con ganas de seguir acostado en la cama toda lamañana, seguir sumergido en esas acogedoras sabanas que llegan a parecer un océano y uno un náufrago que irónicamente desea quedarse en la fría espesura del agua, pero vivimos en un mundo donde lamentablemente no puede ser así. Lo siguiente que hice fue bañarme, hasta ahí muy cotidiano ¿no? Entré a la ducha y abrí la llave, es normal que no entre de primera, no sabía por qué pero solo esa vez quisemeter la cara primero. Cuando mi cara entro alcé la mirada y dejé que el agua cayera en mi frente y se deslizara hacia abajo. Fue ahí en donde paré la cotidianidad y solo me concentré en el hecho de que el agua acariciara mi rostro. El trato que ahora el agua me estaba dando me causaba cierto placer, fue de cierto modo raro sentir el fluir del líquido desde mi cabeza hasta mis pies, parecían carisiastiernas, roces placenteros que desde ese día marcaron mi respiración, conteniéndola más de lo normal, haciéndola más lenta, no ajena al hecho de oxigenar mi cuerpo pero lo suficiente armónica como para hacerme sentir vivo, que respiro por algo, un propósito sin conocer, que con cada inhalación me sentía lleno, espiritualmente completo y en paz. Entendí de esos placeres que son pequeños y que casini notamos por el hecho de ser tan cotidianos salen maravillas inspiradoras que llaman a la conciencia a seguir con vida. Entonces ese día me esforcé por apreciar aquellos placeres que a veces pasamos por alto. Fue impresionante la cantidad excesiva de pequeños detalles que por lo general no notamos, detalles como el frio de las mañanas, la humedad del aire que por cierto cambia nuestra voz, losdestellos tibios del sol que llegan a través del vidrio de la ruta, la hermosa sonrisa que todos los días las personas regalan, la incertidumbre de empezar una clase, mirar por la ventana y ver una gota de lluvia bajando, luego enfocar más al fondo y poder ver a los pájaros y a los arboles jugar entre ellos. Son cosas que pasamos por alto, y no nos damos cuenta lo bellas que son. Mucha gente correcuando llueve y yo me pregunto ¿Qué tiene de malo? Cuando llueve yo camino, porque sé que si en algún momento deja de llover podré decir que disfruté cuando pude.
Pero como todos sabemos la vida no solo está llena de momentos alegres y divagantes como estos, también hay malos días, días en los que los vidrios y los clavos entran más profundo en nuestro pies, y aunque suene abusivo, me di cuentaque me encanta el dolor, porque de alguna manera me hace sentir vivo. Que un corazón maltratado, si, cómo cuando sienten que se quebró algo en lo más profundo de su pecho, y sienten un vacío que al parecer no se completará no sea un motivo de llanto, más bien un motivo de risa, porque así como la fuerza del sentimiento empuja y desgarra crea en nosotros la conciencia de que sentimos, de que...