¡No Te Mates!

¡NO TE MATES!

Cuando entré y los vi sentados en la sala de juntas mirándome con desvelo entendí que no era nada bueno por lo que me habían citado. Entendí que mi situación en la empresa estaba empeorando y con razón; no había tenido mucha suerte en mis entrevistas y el rating bajaba y se asentaba en su peor momento.

- Siéntese Sr. Velázquez, por favor.

- Vine tan pronto pude Dr.Mora. Disculpen la demora.

- Seré claro, iré al grano, salgamos de esto lo antes posible. Usted entiende Sr. Velázquez que la situación de la empresa no es la mejor, tenemos grandes deudas no solo con los empleados sino con empresas aparte, no tenemos un buen lugar ni una buena imagen ante la gente y todo esto se ve desde que usted llegó. ¿Estamos claros?

- Tienen toda la razón,pero…

El Dr. Mora levantó su brazo mientras apretaba su puño, señal dentro de la empresa que simboliza silencio, y sonreía. No me agrado para nada su expresión, ni la forma en que se miraba con los otros socios. Hubo un momento de silencio, de total incertidumbre; sentí un frio en la garganta y me sudaban las manos. Entendí que estaba fuera.

- Lo contraté por una simple razón; es hermano demi mujer…sabía desde un principio que su trabajo era pésimo, mediocre. Graduado de la universidad Sergio Arboleda de comunicación social pero sufriendo, rogando y arrastrándose. Ahora tengo la excusa perfecta para decirle a su hermanita que lo intenté, le di la oportunidad y usted demostró no ser apto para el cargo. ¿Tiene algo que decir?

- Siempre hice lo que pude por levantar la empresa,usted me veía trasnochando, preparando las entrevistas a los más grandes que podía. Usted fue testigo de mis esfuerzos…solo le pido una última oportunidad.

- Sr. Velázquez, una oportunidad más y en dos horas no existe empresa. Lo siento. Prepararé su hoja de despido.

¡Despedido! No me podría haber pasado algo peor. Mi hoja de vida estaba manchada, mi familia en sus peores momentos, mishijos desilusionados, deudas por montones, nadie confiaba en mi…mi vida deshecha. Llegué a mi casa, me recosté en el sofá mientras pensaba. Tenía dos opciones, una era olvidarme de mi trabajo, olvidarme de volverlo a intentar y empezar de ceros, nuevos horizontes y nuevas relaciones sociales. Pero el pensamiento de la gente seguiría siendo el mismo, me verán como aquel que no fue capaz, mi hermanase sentirá decepcionada, no me volverá a ver como el hermano mayor del cual aprendió a luchar.

Mis padres murieron en un accidente mientras viajaban hacia Cartagena, la ciudad amurallada. Ahorraron durante catorce años para pasar allá una semana, solos, conociendo la ciudad de la que se enamoraron por tan solo unas revistas. El carro conducido por mi papá perdió el control cayendo a un abismo.Siempre recordaré las últimas palabras que me dijo mi padre antes de partir.

- ¿Qué haces tan temprano en casa? Creí que estabas en junta.

- Si, así fue. Perdóname amor. Me despidieron…

Esperaba un sermón de mi mujer, un grito, humillaciones, una bofetada, pero en cambio me abrazó, y fue el más caluroso abrazo que había recibido en toda mi vida. Sentí que no estaba solo, sentíque podía salir adelante. No era mi problema… ¡era nuestro problema!

Nos quedamos hablando durante horas, pero no de mi despido, no de cómo íbamos a salir adelante, sino recordando los mejores momentos de nuestra vida, nuestro matrimonio y nuestra promesa ante el altar; una promesa que por nada del mundo rompería. Nos reíamos a carcajadas, llorábamos de alegría y esa misma noche jugamos parquéscomo lo hacíamos mientras éramos novios. Entendí que por esa valiosa mujer, que por esos hermosos años, debía luchar. Esa noche no dormí, solo consentía y miraba a la mujer de mi vida mientras dormía, le besaba la frente mientras pensaba por donde empezaría mañana.

A las 6:30 de la mañana estaba listo para solucionar mi situación, debía empezar por mi hermana, era la que más me preocupaba....