noche de reyes
Escena primera
[una sala del palacio ducal]
(Entran el Duque, Curio y otros nobles. Músicos al fondo)
Duque. Si es del amor la música sustento, seguid tocando, hartadme de armonía, que hastiado el dulce anhelo enferme y muera. La estrofa repetid: ¡murió tan dulce!; hirió mí oído como blanda brisa que sopla sobre un campo de violetas, robando y dando olor. Cesad; no cantes: nosuena ya tan dulce como antes.
¡Tirano amor, cuán vivo y fresco eres! Pues aunque todo cabe en tu ancho seno, como en el mar, en él nunca entra nada, por esforzado y válido que sea, que en precio y en valor no pierda al punto: tan lleno está el amor de fantasía, que él solo de fantástico se precia.
Curio. ¿Queréis cazar, señor?
Duque. ¿Qué, Curio?
Curio. El ciervo.
Duque. Tal hago, y al másnoble de los míos. ¡Ay!, cuando a Olivia vi por vez primera, el aire con su aliento embalsamaba; en el instante aquel troquéme en ciervo; y desde entonces como alanos crudos Me acosan mis deseos.
(Entra Valentín)
¿Qué me manda?
Valentín. Alteza, perdonad: no obtuve audiencia; mas dióme su doncella tal recado: durante siete soles, ni aun su lumbre verá su hechizo a cara descubierta; mas cualreclusa, con tupido velo, su estancia irá regando cada día con llanto acerbo que los ojos hiere; y todo por amor de un muerto hermano, cuyo recuerdo en su memoria triste quisiera mantener vivo y constante.
Duque. La que alma tiene de tan firme temple que deuda tal de amor rinde a un hermano, ¿Cuál no amará cuando áurea flecha acabe con la legión de los demás afectos que en ella viven; cuando seso yalma, aquellos altos tronos, ocupados estén, y llenos sus hechizos todos de un solo rey supremo? Preparadme de flores blando lecho: sobre el césped Descansa amor cual bienvenido huésped.
(Salen)
Escena II
[La orilla del mar]
(Entran Viola, un Capitán y Marineros)
Viola. ¿Qué tierra es ésta?
Capitán. Iliria, noble dama.
Viola. ¿Qué hiciera yo en Iliria? En los elíseos campos mihermano está. Por dicha, acaso no se ahogó. Marino, ¿qué os parece?
Capitán. Gran dicha fue salvaros vos, señora.
Viola. ¡Mi pobre hermano! Aun él salvarse pudo
Capitán. Bien pudo; y si os consuela lo probable, sabed que al estrellarse nuestra nao, cuando ibais vos, con esta pobre chusma que se salvó con vos, en nuestro bote, vi a vuestro hermano, cauto en el peligro, atarse a un recio palo queflotaba sobre el airado mar, cuyo recurso esperanza y valor le sugirieron; y como Arión en el delfín montado, le vi en amigo trato con las olas mientras le pude ver.
Viola. Por esa nueva, este oro toma. Que salvarse pudo, mi propia salvación me lo demuestra, y es tu discurso clara prueba de ello. ¿Conoces esta tierra?
Capitán. Bien, señora: apenas distará de aquí tres leguas el pueblo en quenací, y allí criéme.
Viola. ¿Quién manda aquí?
Capitán. Señora, un duque noble de estirpe y corazón.
Viola. ¿Se llama?
Capitán. Orsino.
Viola. Oí su nombre en boca de mi padre. Y era soltero entonces.
Capitán. Tal aún sigue; o lo era ha poco. Un mes hará que ausente estoy de aquí. Se murmuraba entonces -y ya sabéis que charlan los pequeños de todo aquello que los grandes hacen- que locoestaba por la bella Olivia.
Viola. ¿Y quién es ella?
Capitán. Es una virgen casta, hija de un conde, que murió ha un año, dejándola al cuidado de su hijo, Hermano de ella, el cual también ha muerto; Por cuyo amor se dice que ha abjurado La sociedad y vista de los hombres.
Viola. ¡Pudiera yo servir a aquella dama,sin revelar mi condición al mundo hasta que sazonara por mí misma la coyuntura!Capitán. Fuera, a fe, difícil hacer que os aceptase, pues no admite instancia alguna, ni aun del mismo Duque.
Viola. Nobleza, capitán, en ti se advierte, yaun cuando la natura a veces cerca pútridos restos con hermosa tapia, me inclino a creer que tu alma corresponde a tu exterior aspecto y noble trato.
Te ruego, y con largueza he de premiarte,que calles quien soy yo, y me procures algún disfraz...
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