Nologo
La pereza y cierto prejuicio no me permitieron disfrutar de la obra poraquel entonces, así que lo hago ahora con un poco de retraso (aunque las claves que expone Klein son aplicables al ahora) y cierto rubor.
Lo confieso. Acabo de regresar de Nueva York y traigo unamaleta llena de ropa de The Gap. También algo de Old Navy (el reverso popular de The Gap). He estado tentado de adquirir algún producto Apple. He tomado café en Starbucks. Una hamburguesa en Wendy´s. Hecomprado (de todo) en los omnipresentes Duane Reade. Me he hecho con dos libros en la superlibrería Barnes & Noble. Me apetecía probar qué se sentía al entrar en un Wal-Mart a las 4 de la mañana.Lo confieso todo, no sin cierto rubor, sobre todo después de la lectura de No Logo. Pero el rubor no me preocupa, sino el retraso. Me arrepiento de haberme retrasado en leer un libro como éste, que consus defectos y virtudes, es condenadamente interesante. Y no me extraña en absoluto que en tan poco tiempo se haya convertido en todo un clásico, y no sólo por el tufillo antisistema y rebelde quedesprende, sino por el rigor intelectual y el alud de secretos que nunca aparecen en los medios de comunicación masivos.
Un ensayo que analiza desde distintos puntos de vista cómo nos influyen lasmarcas, cómo se gestionan en la sombra, cómo los técnicos del marketing idean sistemas lobotomizadores cada vez más ingeniosos, cómo las marcas nos invaden, tanto mental como socialmente, e inclusourbanísticamente. Marcas abanderadas por McDonald´s, Disney, Malboro, Starbucks, Wal-Mart o Coca Cola. Marcas tan omnipresentes como los iconos cultures más extendidos.
La tesis con la que Klein inicia...
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