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Son 50 años, un número que en realidad se queda corto al lado de cada una de sus hazañas: de susseis anillos, de sus cifras que le dan uno de los promedios mas dorados de la historia de la NBA, el de 30,1 puntos por partido. ¿De quien hablamos? Aquí, y enel mundo, se habla del hombre magia: Michael Jordan.
Saltos, puntos, rebotes, Jordan rompió los récords y amplió los significados de esas palabras, hizodel 23, el 45, el 9 y el 12, los números más deseados para camisetas, los que al llevarlos en pecho y espalda hacían sentir a cualquier mortal un Supermán decarne y hueso a prueba de criptonita.
Y a pesar de ser el blanco, el rojo y el negro los colores con los que más se identificó al gran Jordan, el doradotambién estuvo presente en 2 oportunidades: en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84 y Barcelona 92.
Ya fuera en los años 80, en los 90 o a principios dela década del 2000, las habitaciones de millones de jóvenes norteamericanos y del mundo rendían pequeños grandes tributos a Michael Jordan, con un afichepegado en la pared, o con la camiseta 23, la más famosa, enmarcada y exhibida con honores.
Y es que seis títulos para los Chicago Bulls, un equipo que fuediferente antes y después de Jordan, son solo una muestra de lo que el jugador de Brooklyn podía lograr, sin importar cuántas veces decidiera retirarse,incluso para ir a jugar béisbol, paso que convirtió en realidad por una promesa que hizo a su padre, muerto en 1993 en hechos que golpearon con fuerza su vida.
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