nose

Páginas: 17 (4184 palabras) Publicado: 14 de junio de 2013
Durante varios días estuvo malí¬simo y no pudo salir de su morada más que lo necesario para mantener en buen estado la mancha de san¬gre.
No obstante, a fuerza de cuidados acabó por restablecerse y decidió hacer una tercera tentativa para aterrorizar al ministro de los Esta¬dos Unidos y a su familia.
Eligió para su reaparición en es¬cena el viernes 17 de agosto, consa¬grando gran parte del díaa pasar revista a sus trajes.
Su elección recayó al fin en un sombrero de ala levantada por un lado y caída del otro, con una plu¬ma roja; en un sudario deshilacha¬do en las mangas y el cuello y, por último, en un puñal mohoso.
Al atardecer estalló una gran tor¬menta. El viento era tan fuerte que sacudía y cerraba violentamente las puertas y ventanas de la vetusta casa. Realmente aquél era eltiempo que le convenía. He aquí lo que pensaba hacer: iría sigilosamente a la habitación de Washington Otis, le musitaría unas frases ininteligi-bles, quedándose al pie de la cama, y le hundiría tres veces seguidas el puñal en la garganta, a los sones de una música apagada.
Odiaba sobre todo a Washington, porque sabía perfectamente que era él quien acostumbraba quitar la fa¬mosa mancha de sangre deCan¬terville, empleando el detergente Paragon de Pinkerton. Después de reducir al temerario y despreocupa¬do joven a una condición de terror abyecto, entraría en la habitación que ocupaban el ministro de los Estados Unidos y su mujer. Una vez allí, colocaría una mano viscosa so-bre la frente
A las diez y media oyó subir a la familia a acostarse.
Durante algunos instantes le in¬quietaron lasestrepitosas carcajadas de los gemelos, que se divertían in-dudablemente, con su loca alegría de colegiales, antes de meterse en la cama.
Pero a las once y cuarto todo quedó nuevamente en silencio, y cuando sonaron las doce se puso en ca-mino.
La lechuza chocaba contra los cristales de la ventana. El cuervo graznaba en el hueco de un tejo cen-tenario y el viento gemía vagando alrededor de lacasa, como un alma en pena; pero la famila Otis dor-mía, sin sospechar la suerte que le es¬peraba. Oía con toda claridad los ronquidos regulares del ministro de los Estados Unidos, que dominaban el ruido de la lluvia y de la tor¬menta.
Se deslizó furtivamente a través del estuco. Una sonrisa perversa se dibujaba sobre su boca cruel y arru-gada, y la luna escondió su rostro tras una nube cuando pasódelan¬te de la gran ventana ojival, sobre la que estaban representadas, en azul y oro, sus propias armas y las de su esposa asesinada.
Seguía andando siempre, deslizán¬dose como una sombra funesta, que hacía que hasta las tinieblas le mal¬dijesen a su paso.
Hubo un momento en que le pa¬reció oír que alguien le llamaba; se detuvo, pero era tan sólo un perro, que ladraba en la Granja Roja.Pro¬siguió su marcha, mascullando ex¬traños juramentos del siglo xvl, y blandiendo de vez en cuando el pu¬ñal enmohecido en el aire de media¬noche. Por fin llegó a la esquina del pasillo que conducía a la habitación del infortunado Washington.
Allí hizo una breve parada.
El viento agitaba en torno de su cabeza sus largos mechones grises y ceñía en pliegues grotescos y fan-tásticos el horror indecible delfú¬nebre sudario. Sonó entonces el cuarto en el reloj. Comprendió que había llegado el momento.
Con una risa maligna dio la vuel¬ta al ángulo del corredor. Pero ape¬nas lo hizo, retrocedió lanzando un gemido lastimero de terror y escon¬diendo su cara lívida entre sus lar¬gas manos huesudas.
Frente a él había un horrible es¬pectro, inmóvil como una estatua, monstruoso como la pesadilla de undemente. Tenía la cabeza pelada y reluciente; faz redonda, carnosa y blanca; una risa horrorosa parecía retorcer sus rasgos en una mueca eterna; por los ojos brotaba a olea¬das una luz escarlata; la boca se-mejaba un ancho pozo de fuego, y una vestidura horrible, como la de él, como la del mismo Simón, en-volvía con su nieve silenciosa aque¬lla forma gigantesca.
Sobre el pecho llevaba colgado un...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS