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Reportaje 1
BLACK VEIL BRIDES: DIVINOS DE LA MUERTE

Ser un guaperas te abre puertas y muchas otras cosas en la vida. Da igual que no sepas ni hacer la o con un canuto, no faltarán a tu lado la pléyade de aduladores de la corte que insistirán una y otra vez en ese talento inexistente. El problema surge cuando alguien lejos de tan selecto círculo rompe la burbuja y queda el emperador en cuerosa la vista de todos, del mismo modo que en el popular cuento clásico.
A pesar de la más clara evidencia, muchos seguirán empeñados en alabar el estupendo traje y ni por asomo se atreverán a levantar la voz. Pobre sin embargo del que ose salirse del redil y hacer uso de su criterio, esa rara habilidad casi al borde de la extinción en la sociedad contemporánea. Total, ¿quién se va a molestar enindagar lo que se esconde tras una cara bonita?
Y así como los marineros de los relatos mitológicos perecían embaucados por los cantos engatusadores de sirenas, las multitudes acuden a la llamada de cualquier grupo con pintas molonas, que al fin y al cabo no deja de ser una forma de llamar la atención como otra cualquiera, un sutil oropel con el que envolver alguna carencia. En definitiva, un meroseñuelo para paladares poco exigentes.
Está claro que los chicos de Black Veil Brides con su aspecto andrógino cercano al Visual Kei han sabido venderse y arrastrar a una importante porción de chavalería consigo. Eso se podía ver en la considerable cola que desde temprana hora recorría los aledaños de la sala, un curioso espectáculo que más bien se asemejaba a un pase de modelos púberes, lamayoría cumpliendo por los pelos el límite legal para entrar en el garito.
Pero aunque a ciertos carpetovetónicos les incomode su presencia, es un público muy agradecido. Que se lo pregunten a los teloneros Heaven’s Basement, que sin gozar de un sonido nítido y con una voz que nunca terminó de despegar consiguieron que los ánimos se encendieran igual que si se tratara de las estrellas de la noche. Hayque admitir que los guiris se lo curraron con temas enérgicos tipo “Can’t Let Go” o “Fire, Fire” y el fiestón era tal que el cantante Aaron Buchanan no dudó en lanzarse a la muchedumbre a la primera de cambio. Y es que con semejante ambientazo cualquiera se hubiera crecido como ellos lo hicieron.
Un griterío ensordecedor eminentemente femenino preludió el descenso por las escaleras de losfigurines Black Veil Brides. Picaba la curiosidad por saber cómo se las apañarían para trasladar al directo ese sonido tan edulcorado y envolvente de estudio, en su lugar nos encontramos con una maraña de ruido en el que la voz apenas se oía, de hecho, se escuchaban incluso más los cánticos de la multitud que a ellos.
Bueno, no hay que perder la fe, se trata todavía de “I Am Bulletproof”, pieza que trasla intro abre su reciente ‘Wretched and Divine: The Story of the Wild Ones’. Lo preocupante fue cuando se sucedían trallazos como “New Religion” o “God Bless You” y aquello no tenía pinta de mejorar. Eso sí, el batera Christian no perdió la oportunidad de subirse al bombo y ponerse a agitar, legando una instantánea perfecta para compartir en las redes sociales, a los fotógrafos debieron dar muchojuego, sin duda.
La versión del “Rebel Yell” fue casi hasta denunciable, muy floja en el apartado vocal, apuesto a que Billy Idol la cantaría mejor hasta con una gripe de caballo. Y por muchas posturitas que pusieran en el solo, Steve Stevens seguramente también lo habría superado incluso con tendinitis aguda. Definitivamente, este himno se les queda demasiado grande.
Siguiendo la línea que hamarcado algún que otro crítico especializado, lo peor estaba encarnado en la persona de Andy Biersack, junto con Gerard Way de My Chemical Romance, de los peores vocalistas que hemos visto en directo. ¿Quién dijo aquello de que para cantar en un grupo hace falta tener buena voz? He aquí la prueba de que cualquier guaperas puede subirse a un escenario sin apenas elevar el tono y con una carencia...