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Una pequeña, pero significativamente influyente parte de la comunidad intelectual global lleva décadas consagrada a la tarea de integrar progresivamente criterios de sustentabilidad en los enfoquesde aplicación de sus especialidades. Se han desarrollado comunidades intelectuales que comparten paradigmas de conocimientos y que influyen transversalmente en ingenierías, particularmente las depunta, así como en ciencias humanas y, por consiguiente, en la definición de políticas públicas.
No obstante que estas comunidades epistémicas orientadas hacia la sustentabilidad no sean suficientestodavía para revertir las consecuencias adversas de la crisis ambiental global, sí constituyen el soporte (y también, su propio resultado) de una institucionalidad global multilateral -de la Organizaciónde las Naciones Unidas- que contrarresta las causas principales de la degradación ambiental. Gracias a ello hoy día aparecen, con gran claridad ante los ojos de todo el mundo informado, losprincipales problemas ambientales como factores de seguridad estratégica global. El caso más visible es el cambio climático, que ya nadie pone en duda.
En este contexto de comunidades epistémicas de punta, laAsociación Internacional de Economía Ecológica (http://www.ecoeco.org.), formalmente establecida en 1988 —el mismo año de constitución del Panel Intergubernamental de Cambio Climático—, sobresale porla revisión de fondo que realiza de la economía con base en un enfoque de ecología humana. La economía ecológica, a diferencia del enfoque clásico y neoclásico de “el ser humano frente a lanaturaleza, a la que debe dominar para progresar”, reconoce que la población humana es un subsistema de la biosfera, por lo que no puede escapar a las leyes de la ecología y de la termodinámica. A la lectura dePaul Krugman (New York Times, 2 de septiembre 2009) (1), sobre cómo y cuánto los economistas lograron resultados tan malos en las últimas décadas, esta nueva economía parece resultar más que...