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La huella en México de los químicos del exilio español de 1939
Santiago Capella, José Antonio Chamizo, Julián Garritz y Andoni Garritz
“En México, los químicos [españoles] hemos encontrado, además de una
cantidad grande de materias primas por estudiar, una tradición muy
interesante tanto en la antigua civilización indígena como en la historia
de sus centros de cultura. El medio científicoes muy semejante al nuestro
y hemos podido desde el primer momento colaborar en él sin dificultad.”1
Antonio Madinaveitia

Introducción
Toda nuestra vida, todo nuestro pensamiento está organizado sobre el eje del
tiempo. En las sociedades contemporáneas estamos en el tiempo. Nosotros y todo lo que
conocemos y aprendemos se sitúa en el tiempo. Así, la relación entre pasado y presente essemejante a la que hay entre la memoria y el olvido. Y la memoria, en su caracterización
más simple, es la presencia –desde luego presente y presentemente interpretada- del pasado.
Ahora bien, ese pasado difícilmente lo es del individuo aislado, sino más bien lo es del
individuo en un entorno particular, del individuo en contexto. Por ello podría decirse que la
memoria aparece como la lentaacumulación colectiva y espontánea de todo lo que un
determinado grupo ha podido vivir en común. Desde otro punto de vista, un grupo lo es, en
la medida que comparte una determinada cultura, que es la forma en que viven los
individuos al interior de las diferentes sociedades humanas, y a través de ella, y sólo de ella
es posible descifrar el pasado.
Aquí vamos a presentar nuestra interpretaciónde una pequeña parcela de ese
pasado, el que corresponde a la actividad de algunos de los más significativos químicos
españoles exiliados en México después de la Guerra Civil. Partimos de dos ideas generales:
la actividad de los profesionales de la química y la partición en periodos de la ciencia en
América Latina, que posteriormente intercalaremos en los contextos de la España de
principiosde siglo XX y del México posrevolucionario.
La química, tal como hoy la conocemos, es resultado de una multitud de herencias
que, concretadas en oficios, influyeron en la vida cotidiana de todas las culturas. No deja de
resultar sorprendente que prácticas tan diferentes como la del herrero –y la metalurgia-, el
curandero –y la farmacia-, el alfarero –y la cerámica-o el panadero –y labiotecnologíahayan podido estar reunidas y terminar por fundirse en un campo común: la química, donde
se estudia, se practica y se transmite cómo transformar la materia.
Bajo la tesis de incorporación-autonomía, Vessuri2 ha insistido en la periodización
de la ciencia en América Latina a lo largo del siglo XX en cinco fases:
I.
II.
1

Orden y progreso: la ciencia positiva de principios de sigloIncipiente institucionalización de la ciencia experimental (1918-1940)

Citado en Giral González, Francisco, Ciencia Española en el exilio (1939-1989), Anthropos, Barcelona,
1994, p. 316.
2
Vessuri H.M.C., “La ciencia académica en América Latina en el siglo XX” en Saldaña J.J. (coordinador)
Historia social de las ciencias en América Latina, CH-CIC-UNAM, México, 1996.

III.

Las décadasdel desarrollo (1940-1960)

IV.

La era de la política científica (1960-1980)

V.

Un nuevo público para la ciencia: el empresariado industrial (1980-2000)

Con sus particulares diferencias, la presencia de académicos europeos en las tres
primeras fases a todo lo largo de América Latina, pero principalmente en Argentina, Brasil
y México, había sido importante.
La incorporación delos químicos españoles al país corresponde claramente con el
tercer periodo, el de las décadas del desarrollo. Así, después de la Gran Depresión y en
plena II Guerra Mundial se inicia en América Latina una buena parte del crecimiento
industrial a expensas de la agricultura, crecen los núcleos urbanos y mejora de manera
general la educación básica. Se prioriza la manufactura local de productos...