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NUEVA SOCIEDAD NRO. 27 NOVIEMBRE- DICIEMBRE 1979, PP. 63-73

El retorno de Chile a la democracia
Aranda, Sergio
Sergio Aranda: Economista chileno, Sub-Director de lo Oficina de Planificación
Nacional en el período 1970-1973.

1. El Carácter de la Crisis

Las fuerzas democráticas chilenas viven una profunda crisis. Su expresión más
aguda es la incapacidad para encontrar una respuestaadecuada conducente a de­
rrocar la dictadura fascista entronizada en Chile y a buscar formas de convivencia
democrática que permitan avanzar hacia las transformaciones económicas y socia­
les que la sociedad chilena reclama con urgencia.
Han transcurrido más de tres años desde el golpe militar del 11 de septiembre de
1973 y aún no existe un proyecto político claro y definido, capaz de aglutinara las
fuerzas democráticas, señalar con precisión objetivos tácticos y estratégicos y con­
ducir al pueblo chileno al retorno de la democracia.
La respuesta tiene que salir, en primer lugar, de una evaluación seria y en profun­
didad de los cambios acaecidos en el país durante este período. En tanto las diver­
sas fuerzas políticas persistan en extender hacia el futuro los esquemas querigie­
ron en Chile hasta el golpe militar, no se habrá avanzado un ápice en la búsqueda
de una solución realista y factible.
Hay, ahora, una nueva realidad al interior de nuestra patria. La actuación impune
de las fuerzas más oscuras y reaccionarias de la sociedad chilena han modificado
en profundidad las condiciones que prevalecieron en las últimas décadas.
En el plano político, todos lospartidos están prohibidos o en receso. Los dirigentes
más conocidos de la izquierda están muertos, presos o en el exilio. Decenas de mi­
les de cuadros dirigentes medios fueron asesinados, están en las cárceles y campos
de concentración o han debido marchar al extranjero. Medio millón de chilenos
han salido del país, una abrumadora mayoría de los cuales eran y son personas de
arraigadasconvicciones democráticas.
En el plano sindical, las organizaciones más amplias y representativas de los traba­
jadores fueron ilegalizadas y destruídas; los dirigentes legítimos de los trabajado­

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res fueron y son desconocidos, detenidos, torturados o asesinados; el derecho a
toda forma de reivindicación laboral no sólo ha sido prohibidosino que corre el
riesgo de ser aplastado brutal y despiadadamente. Los obreros y empleados más
combativos fueron despedidos, independientemente de que tuvieran o no filiación
política, cualesquiera que fuese.
En lo que respecta a la economía, los obreros, campesinos, empleados, profesiona­
les y sectores empresariales pequeños y medianos han debido sufrir las consecuen­
cias de lacontracción de la economía chilena. La cesantía ha llegado a cifras del or­
den del 20 % de los trabajadores y, si se considera además el subempleo y el llama­
do Programa de Empleo Mínimo, la desocupación alcanza al 25 % - 30 %. A esto se
añade una redistribución regresiva del ingreso de tal magnitud que la participa­
ción de los trabajadores en el ingreso nacional bajó del 67 % como promedio en losúltimos 10 años a sólo un 27 % en los años de dictadura.
Desde otro ángulo, ha habido un fuerte proceso de concentración de la propiedad,
basado en la ruina de cientos de miles de pequeños y medianos comerciantes, in­
dustriales, agricultores, transportistas, etc. y en el traspaso fraudulento de empre­
sas estatales a un grupo de 6 ó 7 clanes financieros. Estos, sobre la base de la repre­
sión yde la superexplotación de los trabajadores, del desarrollo de actividades es­
peculativas y de la compra de los activos de la CORFO (Corporación de Fomento)
y de empresarios arruinados han levantado gigantescos imperios económicos.
En el aspecto ideológico, la dictadura fascista suprimió todos los medios de comu­
nicación de masas que no le dieron un apoyo irrestricto. Hay, pues, un...