nose
Páginas: 415 (103546 palabras)
Publicado: 25 de septiembre de 2014
Lois McMaster Bujold
1
El alto y hosco suboficial vestía uniforme Imperial y llevaba su lista de comunicaciones como la vara de un
mariscal de campo. La golpeaba distraídamente contra el muslo y rastreaba al grupo de jóvenes de pie frente a él,
clavándoles una mirada de seco desdén. Desafiante.
Todo es parte del juego, se dijo a sí mismo Miles. Estaba de pie enla fresca brisa otoñal con pantaloncillos
cortos y zapatillas, tratando de no tiritar. Nada mejor para desequilibrarle a uno que estar casi desnudo cuando todo
alrededor parece listo para una de las inspecciones del emperador Gregor; aunque, para ser justos, casi todos allí vestían
como él. El suboficial que supervisaba las pruebas parecía sencillamente una multitud de un solo hombre.
Miles lemidió, preguntándose qué ardides, conscientes o inconscientes, empleaba con su lenguaje corporal
para lograr ese aire de fría competencia. Había algo que aprender ahí...
- Correrán de dos en dos - ordenó el suboficial.
No parecía alzar la voz, de algún modo, ésta estaba graduada para llegar hasta el extremo de las filas. Otra treta
eficaz, pensó Miles; le recordaba esa costumbre de su padrede declinar la voz hasta un susurro cuando estaba
enfurecido. Fijaba la atención.
- El cronometraje de los cinco kilómetros empieza inmediatamente al terminar la última fase de la carrera de
obstáculos, recuérdenlo. - El suboficial comenzó a designar las parejas.
Las eliminatorias, para los aspirantes a oficiales del Servicio Imperial de Barrayar, duraban una agotadora
semana. Miles ya habíadejado atrás cinco días de exámenes escritos y orales. La peor parte había pasado, decían todos.
Había casi un aire de distensión entre los jóvenes que le rodeaban. Había más charlas y bromas en el grupo, quejas
exageradas sobre la dificultad de los exámenes, el ingenio marchito de los oficiales examinadores, la mala comida, el
sueño interrumpido y las sorpresivas distracciones durante laspruebas. Éstas eran quejas de autofelicitación entre los
supervivientes. Esperaban con placer los exámenes físicos, como un juego. Un recreo, tal vez. La peor parte había
pasado; para todos, excepto para Miles.
Estaba erguido tan alto como era y se estiraba, como si pudiera enderezar su encorvada columna con la fuerza
de la voluntad. Dio un ligero tirón a su barbilla, como equilibrando sucabeza - una cabeza adecuada para un hombre de
más de un metro ochenta de estatura - sobre el esqueleto de menos de metro y medio, y limitó su mirada a la carrera de
obstáculos. Empezaba con una pared de hormigón de cinco metros de alto, rematada con clavos de hierro. Trepar no
sería problema, no ningún inconveniente con sus músculos; era el descenso lo que le preocupaba. Los huesos, siempre
losmalditos huesos...
- Kosigan, Kotolitz - gritó el suboficial, pasando frente a él.
El ceño de Miles se tensó y dirigió al suboficial una punzante mirada; enseguida se controló y fijó la vista al
frente, en un punto vacío. La omisión del tratamiento honorífico antes de su nombre era una política, no un insulto:
todas las clases significaban ahora lo mismo en el servicio del emperador. Una buenapolítica; su propio padre la
respaldaba.
El abuelo se quejaría, seguro, pero ese viejo irreconciliable había iniciado su servicio Imperial cuando el arma
principal era la caballería y cada oficial entrenaba a sus propios aprendices militares. Haberse dirigido a él en esos días
como Kosigan, sin el Vor, podría haber terminado en un duelo. Ahora su nieto solicitaba ingresar en una academiamilitar, de tipo , y entrenar con tácticas de armas energéticas, refugios subterráneos y defensa
planetaria; y estaba hombro con hombro junto a jóvenes a quienes, en los viejos tiempos, no hubiera permitido que
lustraran su espalda.
No muy hombro con hombro, pensó fríamente Miles, echando un vistazo furtivo a los aspirantes que estaban a
su lado. El que haría pareja con él en la carrera de...
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