Noseque

Mel Gibson es el aut�ntico comandante de un film de acci�n, que no es otra cosa que el grito reluctante y patriotero de una perspectiva retr�gradaproamericanista. Claro, tambi�n es el padre ideal, una suerte de Charles Ingalls m�s audaz y aguerrido; pero pese a que Gibson es especialmenteapto para la aniquilaci�n de la especie humana, se entrega con igual dedicaci�n a una escena de lucha como a una de contenci�n familiar y eso es muyvalorable. Su imagen es cre�ble cuando en plena batalla enarbola orgulloso la bandera nacional. La fotograf�a de Deschanel es pertinente y bienlograda, flota un tufillo almizclado a "Danza con lobos" y a las arriba mencionadas, pero no desentona.

Y si Gibson es el comandante, tal vez elverdadero "h�roe nacional" sea Robert Rodat ("Salvando al soldado Ryan") que estructura su film en base a tres elementos muy simples y repetidos.Recrea con naturalidad al hombre com�n, como una coraza sutil de una bestia salvaje que todos llevamos dentro y que est� dispuesta a destruir alvecino si las circunstancias son las adecuadas. Promueve la superioridad militar frente al enemigo: "lo fue desde su nacimiento y seguir� as� en elfuturo". Por �ltimo la venganza como disparador de emociones.

De hecho la venganza parece seguir siendo la figura n�mero uno de los guionistas. Endefinitiva son ellos los que actualizan -o por lo menos tratan- de reflotar orgullos desmedidos que con la globalizaci�n cre�amos bien guardados.