Nota informativa
Fiebre de LSD por la noche
Empiezo a sumergirme en mi misma, a descender en espiral hasta el interior de mi propia carne. Giro, evoluciono, me retuerzo y trato de contenerme para noproclamar a gritos la gloria y el terror de todo. Entonces, aparece el ojo. Un inmenso ojo brillante suspendido en el espacio. El ojo palpita y lanza a través de mi cuerpo rayos de unaluz ardiente y de dulces sonidos. Pero no es mi cuerpo. De súbdita, me he convertido en el ojo inmerso y veo todo lo que hay que ver. Es un éxtasis y, a la vez, un éxtasis espantoso.
Lafiesta apenas estaba comenzando; y a mi había llegado esa “super muerte”, la luz de la revelación, la iluminación de la imaginación, el sentimiento de bienestar supremo; el cual constituyesólo una parte de la experiencia.
Salgo al jardín, camino por el pasto, la sensación es exorbitante. Me siento y observo a mialrededor. Los colores se hacen destellantes y, a menudo,vienen acompañados de sonidos. Los sonidos palpitan con increíble belleza e intensidad, y con frecuencia tienen color. El rosa baila con el amarillo; el morado con el azul, el verde se lesune, y posteriormente, se fusionan entre sí. Una danza caleidoscópica, un sonido caleidoscópico.
El tiempo parece inmóvil o transcurre con enorme lentitud. Los pensamientos sedesembocan y entremezclan. El ego se disuelve. Las visiones aparecen, desaparecen y vuelven a aparecer. Las paredes de la casa se mueven de un lado a otro. Los objetos se acercan. Los recuerdosdesfilan ante el ojo con la nitidez de una película.La alteración de los sentidos es evidente, una muerte y una resurrección. Después de todo esto, nada podía sorprenderme más.
Fue miprimera vez y la defino como una de las experiencias más beneficiosas a las que he incurrido. Puede describirse como una penetración religiosa o, en cualquier caso, metafísica.
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