Nota sobre el bicentenario
Frente a los festejos del Bicentenario y Centenario de la Independencia y Revolución, ciertamente se respira cierto frenesí sobre la obra material,pero poca reflexión histórica, intelectual, social y cultural sobre el significado de tan importantes sucesos. Para un pueblo, es cierto, siempre es importante celebrar momentos específicos,fechas históricas que significan una parte esencial de la identidad, pero también resulta vital abrir un espacio para hacer un alto en el camino, para tomar conciencia de que se forma parte de unpaís que tiene historia.
Con menos gastos, probablemente, habríamos obtenido más como país, si se hubiera hecho un ejercicio de reflexión nacional sobre lo que significa un país después de 200años de Independencia, y 100 años después de una gesta política civil tan importante como la Revolución Mexicana; es decir, una mejor difusión del conocimiento histórico, pero a partir de un repasoy revaloración del pasado, para así tener una mejor comprensión del presente y de esta forma incidir en el futuro, concretamente de nuestras instituciones y de los poderes públicos.Precisamente, debido a esta visión, a la ausencia de este análisis intelectual sobre la historia de México, se corre el riesgo de perder una gran oportunidad y dejar el Bicentenario y Centenario sólocomo una fiesta, como una serie de obras materiales que no necesariamente contribuyen a la reflexión o al desarrollo económico de nuestro país.
¿La Historia es una guía para el presente? Y silo es, ¿bajó qué circunstancias y de qué forma? Son éstas, dos interrogantes elementales para entender la relación entre pasado y presente, para situar a la Historia como una lección para elacontecer actual. El entorno histórico, es indefinido, movedizo y cambiante. La Revolución Mexicana, en sí misma, proporciona todavía paradigmas y referentes de nuestra visión sobre la Historia.
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