Nota sobre la resignificación

Nota sobre la resignificación

Ricardo Rodulfo
en colaboración con Marisa Rodulfo

El ya clásico concepto psicoanalítico de a posteriori, en rigor uno de los primerísimos en forjarse, y que tan renovador resultara para hacer mayor justicia a la complejidad de los procesos históricos, ha dado en recibir en nuestro medio (o por lo menos en algunos de sus sectores) un uso que no deja de sercurioso y, más allá de la anécdota, quizás revelador de lo que Lévi-Strauss remitiría a las constricciones del pensamiento humano. El efecto, introducido por Freud para evitar las simplificaciones del post hoc, ergo propter hoc, he aquí que se lo usa en sentido simétrico inverso al del evolutivismo lineal, produciendo así una nueva (pero no mejor) simplificación, que esta vez reduce a nada elencadenamiento cronológico de los sucesos y el valor causal de lo más arcaico. En efecto, con demasiada frecuencia los estudiantes nos plantean cosas como ésta: poco importaría que tal acontecimiento, de tipo traumático, por ejemplo, haya tenido o no lugar, poco importa incluso su persistencia durante un período dado, cuando ello ocurre en los años más tempranos de la vida de un sujeto. A su tiempo,llegarán, no se sabe muy bien cómo, las primeras simbolizaciones edípicas y sobre todo ese verdadero Deus ex machina el “Nombre del Padre” (apodo con el que la tilinguería local designa el concepto de Lacan apellido del Padre), barrerán con todo y restablecerán el orden, o sea el Orden Simbólico. ¡Argumentación que los genocidas argentinos se entusiasmarían en conocer, si por acaso sospecharan quéinesperado aliado pueden encontrar en muchos reductos del show business psicoanalítico porteño!
El hecho es que hace ya tiempo nos hemos acostumbrado a considerar “lo que entienden los alumnos” como algo no imputable a sus propios errores y limitaciones en la adquisición de un concepto, aunque también puedan producirse, sino como un índice a tener en cuenta para evaluar los circuitos reales pordonde pasa la transmisión de una teoría, más allá o más acá de las declaraciones fastuosas en las grandes ocasiones. Nos ha resultado un buen hábito para escuchar “lo que en serio dice” una teorización interesarnos en ver lo que en serio hace en las mentes que entran en contacto con ella. Por esto mismo, nos es imposible despachar esta nueva forma de simplificar las cosas como algo sin importancia,mero desvío en la recepción de un concepto. Mucho menos cuando este “error” se repite con perfecta regularidad. Something is rotten en la transmisión que genera esta clase de cosas.
Con todo, tal situación repetitiva por sí sola no nos hubiera decidido a plantear en estas notas el tema; más decisivo resultó el pensar en las gravísimas consecuencias clínicas que resultan de menospreciar lahistoria (y la forma en que en ella se ejecutan los mitos familiares sobre el cuerpo de un pequeño ser sujeto) de los primeros años de la vida. Nos limitaremos al replanteo de los puntos por donde debe reubicarse la conceptualización y a señalar cuáles son los malos entendidos a sortear.
1. En primer término cabe precisar que sólo se resignifica lo resignificable. Es necesario enunciar esta tontaperogrullada porque un empleo demasiado mecánico, demasiado privado de reconstrucción reflexiva por la subjetividad de cada cual (fruto de la costumbre porteña de aprender el psicoanálisis de memoria), terminó por hipertrofiar la operación de vuelta hacia atrás, como si se tratase de un jueguito automático, y a olvidarse por completo de ese “pequeño” detalle: el material móvil, viviente, histórico, queestá allí “esperando” la resignificación.
Nada en la experiencia psicoanalítica autoriza a concebir ese material como una tábula rasa, donde la mítica y todopoderosa resignificación podría escribir cualquier cosa que le viniese en gana, ni tampoco como una suerte de sustancia indefinidamente moldeable que no opusiese la más mínima resistencia a un a posteriori fabulado como infinitamente...