Notas filosoficas sobre educación
La infancia nos preocupa, como nada en la vida. También en la academia. No hay campo disciplinar que no se haya ocupado de la infancia: sociología de la infancia, filosofía de la infancia, historia de la infancia, psicología de la infancia, literaturainfantil... Hemos situado la infancia en el centro de nuestras preocupaciones. Entre todas, hay dos áreas que se muestran más fuertemente activas: la historia y la psicología. El dato no deja de ser curioso para una época que buscó decretar – ¿ilusoriamente? - el fin de la historia y la muerte del hombre. Ejemplo del peso de la historia es lo difícil que resulta encontrar, aún hoy, un trabajo académicosobre la infancia que no dialogue o al menos mencione al célebre historiador de las mentalidades, Ph. Ariès (1973/1960), y su tesis de la invención moderna del sentimiento de infancia, que ya cumplió más de cuarenta años. La tesis, innovadora, provocativa, acaba instalándose como verdad naturalizada: la infancia “se vuelve” una invención moderna. Consideremos apenas un ejemplo, tomado del inicio deuna conferencia presentada recientemente en una mesa redonda de un Coloquio Internacional: “Como sabemos, la infancia es una invención moderna, iluminista, y la posibilidad de entenderla en su especificidad nos proporcionó interpretaciones diversas...”2 Llaman nuestra atención algunos detalles; primeramente, que la infancia sea considerada una invención; segundo, que la invención sea de “la”infancia y no de “una” infancia; tercero, que esa invención sea calificada de moderna, iluminista; pero tal vez lo que más nos provoca es ese inicio: “como sabemos”, que naturaliza y torna una obviedad lo que viene después; el “como sabemos” es sinónimo de “naturalmente”, “evidentemente”, “como todo el mundo sabe”. Cuando todo el mundo sabe, parece que no lo sabemos, nadie sabe. Cuando algo se tornanatural o evidente, deja de ser pensado. Mala señal para la infancia. Algo semejante sucede con los saberes de las ciencias “psi” que toman la propia infancia como objeto de estudio. Sabemos mucho, cada vez más, sobre la infancia. Sobre ella apuntamos el objetivo. La estudiamos, la orientamos, la sabemos. Sobre todo, la sabemos. La sabemos, primeramente, heterónoma; después, autónoma; primeramente,concreta; después abstracta; primeramente, autocentrada; después, solidaria. Actuamos en consecuencia. Dividimos la
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Profesor Titular de Filosofía de la Educación de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, Brasil. Una versión de este texto fue presentada como trabajo encomendado en el Grupo de Trabajo de Educación Infantil en la 27ª. Reunión Anual de la Asociación Nacional dePos-graduación en Educación (ANPEd), Caxambú, Minas Gerais, en noviembre de 2004. 2 VAZ, Alexandre Fernandes, “Infância, escolarização, semiformação.” In: Anais do Colóquio Internacional “Teoria Crítica e Educação”. Piracicaba, SP: UNIMEP, 13-16 Set. 2004. CD-Rom.
infancia; la separamos, la desagregamos, la anticipamos, la clasificamos. Las divisiones son cada vez más detalladas y sofisticadas. Nuestraprecisión es constante, creciente. Tiempos de infancia Con todas sus contribuciones y avances, pensemos también en qué medida los saberes de la historia, de la psicología y los dispositivos que de ellos se desprenden han contribuido para fijar la infancia en torno de una cierta temporalidad, sea ella de larga o de corta duración. Siglos, décadas, años, meses, días, lo que importa es situar la...
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