Notas sobre el espectador cinematográfico

DOCTORADO: APRENDIZAJE E INSTRUCCIÓN (créditos fuera de programa) CURSO: El cuidado de sí y el cuidado del lenguaje: Foucault y Ricoeur Profesor: Angel Gabilondo Pujol

notas sobre el espectador cinematográfico

alumno: Ramón Sánchez Viedma

Desde hace aproximadamente dos años estoy empezando a desarrollar algunos trabajos en el ámbito cinematográfico. Motivos e intereses de muy diversaíndole están en juego y, entre curso y curso estoy, con la ayuda del profesor Florentino Blanco, intentando abrir un espacio fronterizo entre la psicología y el cine. En el territorio delineado por la metáfora desarrollada por Bourdieu (1991) sobre los procesos de producción, distribución y consumo de productos simbólicos, estamos intentando abordar el estudio de un caso concreto. Gris en Blanco yNegro (Vicente J. Martín, 1997) es un cortometraje del que, por motivos que ahora no es necesario especificar, hemos tenido la oportunidad de presenciar algunos momentos clave de su producción, estamos tras la pista de su distribución, y ya hemos hecho algunos estudios preliminares sobre su recepción. Como se ve, son niveles de análisis muy diversos que, hasta donde hemos llegado, se conciben comoparcelas casi aisladas por completo aunque, sin embargo, creemos necesario, junto con Zimmermann (1987), vincular producción y consumo (recepción). El horizonte de lecturas hechas y a medio hacer en la que nos estamos viendo envueltos está perfilado en dos trabajos que, de alguna manera, ya se han hecho públicos, y cuyo objetivo no es otro que plantear los problemas con que nos estamos enfrentandopara, de algún modo, trazar un argumento que nos permita hilvanar toda esta trama. Al final de esta breve reflexión se pueden encontrar ambos textos.

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El problema sobre el que me quiero detener durante estas breves páginas es el del espectador, es decir, aquel cualquiera de nosotros que entra en una sala de proyección cinematográfica oscura, pasa aproximadamente una hora y media calladoviendo (oyendo y leyendo) una secuencia de imágenes tramadas en una historia (o varias simultáneas) y, finalmente, sale. En algunas de esas lecturas en las que nos hemos zambullido (ver, por ejemplo, Caseti, 1986) el espectador es, en sentido estricto, una hipótesis con la que el autor trabaja cómodamente. En estos casos la relación que guarda el espectador con la película, director, productor, etc.,es la misma que la del receptor con respecto al emisor en la Teoría clásica de la Información, es decir, su única meta es “descubrir” el mensaje que se le está enviando. No, no vamos por ahí. Sin olvidar las vinculaciones que deben tener texto y lector, nuestro interés se centra en la experiencia cinematográfica del espectador, y las posibles relaciones que esto tenga con su propia vida.

Notassobre el espectador cinematográfico
Nuestra reflexión nace, en este momento, justo cuando el producto ya está terminado, es decir, cuando la película ya ha salido de la sala de montaje, se han hecho las copias correspondientes, está distribuida por las salas comerciales y el público está esperando en la sala de cine, a media luz, que se apaguen definitivamente las lámparas y comience elespectáculo del tragaluz del infinito como podría denominarlo Noël Burch. Es decir, nos enfrentamos ante un texto publicado, huérfano del autor, que se despliega para ofrecernos una miríada de mundos posibles. Normalmente, se trata de una historia con pretensiones de estar bien tramada con un principio, un final, y una moraleja más o menos implícita, independientemente de que hablemos de un relato“abierto” o “cerrado”. Lo que nos interesa es, precisamente, señalar el espacio fronterizo en el que confluyen el mundo del texto y el mundo del lector. Parece, en principio, que todo lo que quepa decir de ambos en el territorio de la literatura (poesía y obra poética) resuena igualmente en el peculiar ámbito cinematográfico. ¿Qué tiene de peculiar?. Decir, como pudieran hacerlo los denominados...