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"No permitamos que en Honduras triunfe la mentira, ni los mentirosos, ni los demagogos que han pervertido la política, ni los corruptos, ni lossoberbios y ambiciosos en política", expresó el vicario Carlos Rubio, durante la homilía dominical en la catedral de Tegucigalpa.
"El prelado recalcó que Honduras, uno de los países más pobres delcontinente, requiere de funcionarios públicos que sean fieles, transparentes y honestos".
Lo usual, en estos momentos, es que politicastros de la peor especie vayan de un rumbo a otro de los paísesofreciendo maravillas: en un pueblo dicen que apoyarán a los agricultores, en otro que van a potenciar la educación, en un tercero que van a controlar los gastos de la presidencia, en un cuarto que daránsubsidios a las familias necesitadas… si se suma el costo de lo que van ofreciendo, el presupuesto de la República mexicana sería insuficiente para pagar lo que se promete no sólo en Honduras, sinotambién en El Salvador.
Lo que en Honduras no ha sido necesario es agregar que tampoco los individuos con pasado criminal, sicópatas culpables de asesinatos y secuestros, deben recibir respaldoalguno, pues de salir victoriosos en una elección no habrá persona ni familia ni grupo seguro en sus vidas y haciendas.
La demagogia, señaló el prelado, termina por caer pronto en la corrupción, comotambién lleva a la dependencia al generar falsas expectativas de recibir algo sin esfuerzo.
El mensaje eclesiástico hondureño implica que cada quien es responsable de labrar su bienestar y sufelicidad, aunque haya personas y familias que requieran de apoyos especiales.
El obispo Rubio, dentro de este contexto, pidió a los políticos hondureños no fomentar la holgazanería, como aquí, en El...
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