noticia
Dilma Rousseff mantiene un porcentaje de aprobación a su gestión de apenas 8%.
Diez años de crecimiento económico estable le permitieron aBrasil consolidarse como una potencia latinoamericana y como un actor internacional cada vez más relevante, pero hoy ese país se encuentra sumido en una crisis que hace ver a ese periodo como unespejismo.
Un sistema financiero de funcionamiento anómalo, un pretendido Estado de bienestar que no logró cumplir todo lo ofrecido y errores de política económica de un gobierno sumido en escándalos decorrupción imparables, son algunos de los motivos que llevaron a Brasil del auge a la recesión. La semana pasada el gobierno brasileño anunció un severo plan de ajustes que anticipa duras repercusionessociales. Antes, la agencia de clasificación de riesgo Standard & Poor’s rebajó la calificación de crédito de Brasil y le retiró el sello de buen pagador. Todo ocurre en un contexto en el que lapresidenta Dilma Rousseff mantiene un porcentaje de aprobación a su gestión de apenas 8%. Los males se acumulan y las cifras se registran en negativo para la que, sin embargo, es la séptima economía delmundo.
El sistema financiero aparece como el epicentro de la crisis económica brasileña. Según la Asociación Nacional de Ejecutivos de Finanzas, Administración y Contabilidad (ANEFAC), los interesescobrados al consumidor brasileño por bancos y empresas comerciales en julio de 2015 fueron de casi 130 % anual, mientras que, en Europa, para la compra a plazos de algunos productos, esa cifra se limitaa cerca de un 13%. Pero también las empresas pagan intereses altísimos, que en 2015 superaron el 60 %, según el mismo organismo. De esa manera, el sistema financiero brasileño traba la demanda y lasinversiones, ya que las personas y las empresas dejan de consumir para pagar deudas y el país pierde recursos que podrían expandir la producción.
Durante su primer mandato la presidenta Rousseff usó...
Regístrate para leer el documento completo.