NOVELA LIGERA

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Capítulo 1: Amantes

Capital de Gallia; en el patio del palacio de Versalles situado en los suburbios de la
capital de Lutecia, se encontraba un campamento con una enorme cantidad de tiendas
levantadas.
Dentro de una de ellas; en la pequeña tienda de lona color azul oscuro levantada en
pico con tres soportes, era en su interiorprecisamente donde en este momento Saito y
Louise se encontraban besándose.
Un Saito que solo hace algunas cuantas horas había sido rescatado milagrosamente por
la oportuna intervención de Louise en su batalla contra Jack, uno de los hermanos de los
elementos; ahora se encontraba perdido dentro de un trance mientras sus labios yacían
junto a los de ella, esto mientras aún abrazaba fuertemente esepequeño y dulce cuerpo.
Después de varias semanas sin poder verse, era inevitable que el amor que emana de
ellos se desbordara sin control, aun así no importaba que tan fuerte la abrasara o que
tanto amor sintiera, dentro de Louise la frustración que tanto tiempo había estado
presente aún no se había disipado.
En silencio, aún llevando el hábito que siempre vistió durante su estancia en SantaMargarita, Louise ya no ofreció oposición alguna, mientras Saito la tenía a su merced
entre sus brazos.
Sin pensar, Saito estiro su mano instintivamente para alcanzar el pequeño pecho de
Louise, al hacerlo, en respuesta Louise aparto con gentileza aquella mano.
—Lo siento... no debí de haberme dejado llevar así, perdón por ser tan egoísta. —
Después de recapacitar, Saito aclaro su mente y porfin dejo libre aquel pequeño cuerpo.
Al parecer la sombra que Louise veía sobre Saito, siempre que recodaba como él y
Henrietta se habían besado, por fin había desaparecido. Pese que parecía que Louise
estaba dispuesta a perdonarlo, era evidente que tratar de ignorar el asunto como si nunca
hubiera pasado era una mala idea.
En ese momento Louise solo miraba fijamente a Saito con esos bellosojos color marrón
rojizo, un poco apenada por lo que estaba haciendo, sin pensar encogió un poco su cuerpo,
sin embargo al seguir observando esos profundos ojos, uno podía ver que dentro de ellos
no se encontraba ya ni un ápice de enojo o reproche alguno.

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Después de verlo por unos instantes, Louise dirigió su mirada hacia el hábito que ya por
tanto tiempo había llevado puesto, estehabía permanecido en su cuerpo desde el
momento en que decidió escapar del convento de Santa Margarita.
Debido a que era lo único que había vestido durante toda su travesía e incluso en su
batalla contra Jack, era inevitable que estuviera ya bastante sucio.
Entonces Louise emitió un pequeño suspiro "Hauu" y después decididamente dijo:
—Quisiera dar un paseo.
En el momento en que salieron dela tienda, pudieron percibir la luz de las dos lunas
resplandeciendo en el cielo.
El patio del palacio de Versalles al que Louise y Saito habían salido, estaba levemente
iluminado debido a las diversas hogueras que ardían en aquel lugar, el patio inundado con
tiendas tan pequeñas como la de Saito pero que a su vez estas debían contener hasta 10
personas, era el sitio donde debían hospedarsetodos los huéspedes de las diversas
naciones cuyo estatus era de soldados o de nobles de poco renombre.
El tiempo era aún un momento en el epicentro de la fecha en que se había celebrado la
fiesta en el jardín para celebrar la coronación de la nueva reina de Gallia. Pese a la
congestión debida a tal aglomeración de personas, Louise se abría paso ágilmente entre
todo ese mar de tiendas,manteniendo un paso rápido y firme.
Sin embargo parecía que Saito no compartía su habilidad para desplazarse, ya que
rápidamente se vio rezagado al no poder mantener el paso con que Louise se movía.
—¿A dónde vamos? —Pregunto Saito, pero no recibió respuesta alguna.
Parecía como si el paseo que estaban tomando, no tuviera ningún destino en particular.
Aun así los terrenos que ocupaba el patio de...