Novela 'The Giver' - El Dador - en español
Lois Lowry
1993, The Giver
Traducción: Mª Luisa Balseiro
RESEÑA:
Un mundo futuro en el que se ha conseguido la igualdad total. En la Ceremonia
anual de cada mes de diciembre se celebra el paso de todos los niños a un nivel
superior. Los Onces pasan a Doces y reciben sus asignaciones vitalicias: después de
dar a cada uno las «gracias por su infancia», el Comité de Ancianosasigna, de
acuerdo con las capacidades y gustos, la misión más apropiada para cada chico.
Jonás recibe, sin embargo, una misión no común: ser el próximo Receptor de
Memoria de la Comunidad. Con este fin, inicia un aprendizaje doloroso y distinto, en
el que le indican que si la libertad asusta, «es verdad que hay que proteger a la
gente de la posibilidad de escoger mal».
Capítulo Uno
Eracasi diciembre y Jonás empezaba a estar asustado. «No, no
es ésa la palabra», pensó. Estar asustado es tener esa sensación
profunda y odiosa de que va a pasar algo terrible. Asustado había
estado un año antes, cuando un avión no identificado sobrevoló por
dos veces la Comunidad. Jonás lo vio las dos veces. Guiñando los
ojos para mirar al cielo, vio pasar el esbelto reactor, una forma casiborrosa por la velocidad que llevaba, y un segundo más tarde oyó el
estampido que lo seguía. Y luego otra vez, al cabo de unos instantes y
en la dirección contraria, el mismo avión.
Al principio le llamó mucho la atención, pero nada más. Era la
primera vez que veía pasar un avión tan cerca, porque era contrario a
las Normas que los Pilotos sobrevolaran la Comunidad. A veces,
cuando los aviones decarga traían suministros a la pista de aterrizaje
que había al otro lado del río, los niños iban en bici hasta la orilla y
contemplaban con curiosidad la descarga, y luego el despegue hacia
el oeste, siempre alejándose de la Comunidad.
Pero el avión del año pasado era otra cosa. No era uno de
aquellos aviones de carga chatos y panzudos, sino un reactor
monoplaza de morro afilado. Jonás,mirando con alarma a todas
partes, había visto que otros, adultos y niños, interrumpían sus
ocupaciones y se quedaban esperando, confusos, la explicación de
aquel hecho inquietante.
Entonces se había dado orden a todos los ciudadanos de entrar
en el edificio más próximo y no moverse de allí. "INMEDIATAMENTE",
había dicho la voz rasposa que salía por los altavoces. "DEJEN SUS
BICICLETASDONDE ESTÉN."
Al instante Jonás, obedientemente, había dejado la bici tendida en
el camino de detrás de su casa. Había corrido a casa y había
permanecido allí, solo. Sus padres estaban en sus trabajos y su
hermanita, Lily, estaba en el Centro Infantil, donde iba al salir de la
escuela.
Jonás se asomó a la ventana de delante, pero no vio a nadie: ni
uno de los atareados equipos vespertinos deLimpieza Viaria,
Paisajismo y Distribución Alimentaria que solían circular por la
Comunidad a esas horas. No vio más que bicis tiradas por el suelo; en
una todavía giraba una rueda lentamente.
Entonces se asustó. La impresión de su Comunidad enmudecida,
a la espera, le revolvió el estómago. Y tembló.
Pero no había sido nada. Pasados unos minutos los altavoces
volvieron a sonar, y la voz,ahora tranquilizadora y menos imperiosa,
explicó que un Piloto en Formación, interpretando mal sus
instrucciones de vuelo, había hecho un giro indebido, y había
intentado desesperadamente volver antes de que se advirtiera su
error.
"POR SUPUESTO, SERÁ LIBERADO", dijo la voz, y a esas
palabras siguió el silencio. Había en aquel mensaje final un tono
irónico, como si al locutor le hiciera gracia;y Jonás había sonreído
levemente, aunque sabía que era una afirmación muy seria. Que un
ciudadano activo fuera liberado de la Comunidad era una decisión
concluyente, un castigo terrible, una sentencia de fracaso inapelable.
Incluso a los niños se les reñía si usaban esa palabra en sus
juegos para burlarse del compañero que no había parado la pelota o
se había caído en una carrera. Jonás...
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