novia de un sueño


Novia de un sueño



Adam Cabot había vuelto a aparecer en la vida de Georgia, decidido a reclamarla como su novia, pero eso no entraba en los planes de la joven. ¿No había conseguido, por fin, sobreponerse a su amor por él e iba a casarse con Steven, un hombre considerado y rico? Adam había destrozado el corazón de Georgia y ahora pensaba que, con sólo decírselo, ella iba a arrojarse asus brazos y a... meterse en su cama. Por supuesto, Georgia no estaba dispuesta a ello. Pero... ¿por qué le resultaba tan difícil negarse?


Prólogo
DE NO haber estado tan concentrada con marcar el código de seguridad y echar el cerrojo a la puerta del estudio antes de salir a la tranquila plaza, se habría dado cuenta antes de que aquel hombre la estaba esperando. Pero estaba demasiado ocupadacon la lista de las cosas que tenía que hacer antes de la boda para prestar atención a lo que pasaba en la calle.
El salió de las sombras del edificio. Georgia sintió su presencia antes de verlo, y se dio cuenta de que el frío viento de noviembre no era la causa de su escalofrío.
Algo tarde, notó que la luna había desaparecido tras unas nubes, ofreciendo anonimato al desconocido. Sin embargo,ella, a medio camino entre el edificio y el coche, aparcado en la esquina, estaba bajo la luz de una farola. Con sus tacones y su frágil físico, era inconfundiblemente una mujer, y sola.
No obstante, no tenía miedo. Se negó a admitir esa posibilidad. Admitirlo, sería negarse todo por lo que había luchado durante los últimos quince meses, todo lo que había conseguido. Al igual que la ira y el amorobsesivo, el miedo destrozaba el alma de las personas.
Lo sabía, era una superviviente, pero desde hacía poco, desde el momento en que consiguió desterrar de sí esos sentimientos capaces de infligirle un dolor insoportable con absoluta indiferencia respecto a la capacidad de la persona para soportarlos.
Negándose a reconocer su presencia, continuó caminando hacia el coche. Quienquiera que fuese,ese hombre no podía tocarla. Estaba demasiado bien protegida, envuelta en el muro sedoso que había construido a su alrededor. Si era un ladrón en busca de joyas, le daría el anillo de compromiso, estaba asegurado. Pero no podía tocarla. Nada podía violar su persona, ya no.
0 eso creía Georgia. Pero a dos metros del coche, él se la acercó, y pudo sentir el crujido de sus ropas y ver el condensadoaliento de su respiración.
Lo que le causó aquel profundo terror no fue que él estirase la mano para ponérsela en el cuello, sino un presentimiento sobrenatural.
Dejó de respirar y el corazón dejó de latirle, aunque sólo un instante. Abrió la boca para pedir ayuda...
Y una voz de ultratumba dijo suavemente:
-No grites, garbancito. Soy yo.


CAPÍTULO 1
SE conocieron en el baile de agosto delclub Riverside tres años atrás. Cuando ella entró desde la terraza, él alzó el rostro y le clavó esa mirada azul suya; y, de repente, la letra de la canción de South Pacific se ajustó perfectamente a la situación. Era un desconocido, apoyado contra la barra, que estaba charlando con Steven Drake, el soltero más codiciado de la ciudad; pero cuando vio a Georgia, se olvidó de la conversación, yenderezó esos fabulosos hombros.
Justo en ese momento, el grupo pasó de tocar un clásico de los cincuenta al vibrante ritmo de la canción Time of Your Life, y Georgia supo con fatídica certidumbre que iba a acercarse a ella, a agarrarle la mano y a llevarla a la pista de baile. Y también sabía que, la forma como iban a bailar, iba a causar escándalo en Piper Landing.
-¿Cómo has podido hacerlo? -ledijo Samantha, su hermana, al día siguiente-. Todo el mundo está hablando del espectáculo que habéis dado tú y el nieto de Bev Walsh, la vieja hippie.
-Lo de hippie es imposible, querida -comentó su madre con menos vehemencia-. Bohemia, sí, lo reconozco, y también excéntrica; pero no hippie. Y, desde luego, una mujer cuyo trato no nos interesa.
A Georgia no podía haberle importado menos,...