NUEVA INQUISICI N
Opiniones sobre este artículo escribanos a:
semanariovirtual@viva.org.co
www.viva.org.co
Una nueva inquisición
Julio César Carrión Castro
Universidad del Tolima
Ante la imperiosa necesidad de adecuar la educación superior a los nuevos
escenarios y exigencias del mundo contemporáneo, afloran múltiples discursos
y expresionesque buscan la reorientación de las universidades, no
precisamente en respuesta a las auténticas necesidades y demandas
regionales de carácter social, político o cultural, sino conforme a intereses
economicistas privados y particulares.
Los viejos paradigmas funcionalistas de eficiencia, productividad y rentabilidad
son esgrimidos ahora por los defensores del statu quo, que han convertido a
lasdistintas instituciones de educación superior en meras extensiones de las
empresas. Se nos repite hasta el cansancio que la tarea de la educación
superior es, en lo fundamental, formar el “capital” humano que reclaman las
empresas, fortaleciendo los procesos de endogenización de la ciencia y la
tecnología de los países industrializados y así, en un luminoso futuro no muy
lejano, podríamos alcanzar elesquivo desarrollo.
La perspectiva neoliberal que nos agobia ha impuesto sobre la educación
pública superior el oneroso sistema de legitimarse (para su funcionamiento y
para garantizar su asignación presupuestal) mediante mecanismos de
autorregulación, evaluación externa de indicadores, estándares de calidad y
acreditaciones que son más propios de los procesos productivos que del
mundo académico ycultural.
Como si se tratara de poner en marcha un nuevo tribunal del Santo Oficio, una
nueva Inquisición, en todo los países dependientes, y en Colombia por
supuesto, los negociantes de la educación y las élites universitarias
subordinadas al mandato imperial, buscan mediante organismos adecuados
para tal propósito (como el Consejo Nacional de Acreditación, Colciencias, etc.)
desde lo local yprovinciano, cumplir con los preceptos establecidos a fin de
alcanza esos supuestos consensos ecuménicos.
Entonces, los administradores de las instituciones de educación superior, unas
veces sorprendidos y otras complacidos por estas tareas que les han sido
fijadas, reducen toda su competencia a la búsqueda de técnicas de gestión y a
la implementación de esos nuevos mecanismos de evaluación,indexación y
acreditación que permitan, no sólo la tal endogenización de los saberes que
ofrece una llamada “sociedad del conocimiento” sino, viabilizar una total
adecuación de las universidades a los intereses de los grupos hegemónicos
internacionales. Toda la vida académica entró así a girar en torno a un
concepto de calidad educativa, acatando las premisas establecidas por las
entidades prestamistasinternacionales, que han subrogado tanto a los
gobiernos de los países periféricos, como a las autoridades académicas de sus
instituciones educativas.
Así mismo el concepto de mejoramiento de la calidad educativa ha sido
reducido, desde la óptica empresarial, a la adaptación y establecimiento de
unos contenidos académicos acordes con las “competencias” más significativas
para el desarrolloempresarial; son esas mismas entidades prestamistas
quienes fijan los “estándares de calidad” y hasta las asignaturas y programas,
según su conveniencia; de ello depende la asignación de los recursos.
La educación como un derecho fundamental ha sido eliminada, reduciéndose a
un simple “servicio”, manejado con criterios empresariales, gerenciales. Los
patrones de “rendimiento”, “eficiencia” y“rentabilidad” pasan a constituir los
elementos claves para la prestación de dicho “servicio”, respondiendo a la
lógica economicista del costo-beneficio y no a las obligaciones y funciones de
un Estado Social de Derecho, como se publicita.
En cuanto a las supuestas políticas de “mejoramiento cualitativo” de la
educación, estas no han significado siquiera un fortalecimiento conceptual para
los proyectos de...
Regístrate para leer el documento completo.