NUEVAS CULTURAS DE LOS JOVENES

Asamblea Nacional de Pastoral Vocacional
Constataciones finales

Se puede hablar en genérico de la cultura vocacional y de una cultura de muerte que es necesario superar. Pero la cultura vocacional tiene un rostro concreto en nuestro País, como lo tiene la cultura de muerte. Al ofrecer una retroalimentación a la Asamblea Nacional de Pastoral Vocacional de 2010, quiero señalar estos rasgos másespecíficos. El fin de estas constataciones es estimular a los coordinadores de la Pastoral Vocacional a asumir un compromiso concreto, ensayando actitudes nuevas en su propia realidad pastoral.

1. Cultura del amor a la verdad. Convivimos en una Iglesia tristemente marcada por los escándalos sacerdotales y los abusos en el plano afectivo y sexual. Lo que antes veíamos como propio de nuestrosvecinos del Norte, hoy lo comprobamos en nuestra propia realidad. El caso tan doloroso y público de los Legionarios es sólo la muestra de lo que ocurre en nuestras instituciones. ¿Cuál diócesis o institución masculina no registra algún caso de pederastia, con frecuencia gravemente ocultado por sus superiores? ¿Qué decir de los problemas severos de abuso sexual en las comunidades femeninas,guardados en un lamentable silencio? Las frecuentes relaciones de co-dependencia afectiva son un lastre en nuestras instituciones. El abuso en la línea utilitarista, donde algunos formadores o promotores se buscan sus adeptos y sus aliados como un medio para conservar posiciones de poder. Es una fuente importante del desánimo y de las deserciones. Este tipo de comportamiento daña a las nuevas vocaciones.No podemos seguir guardando silencio al respecto, porque hoy este silencio huele a complicidad. Hay que pasar del silencio a la corrección fraterna oportuna y, si llega a ser necesario, a la denuncia penal. Pero sobre todo a la educación en la autonomía y la defensa de la propia dignidad personal, que es la primera y la más importante de las verdades que necesitamos amar. Pensaba en los oráculosproféticos de paz, y dibujaba el sueño de una Iglesia y unas casas de formación libres de la violencia. Que nadie haga daño ni estrago en este monte santo, en el cual aún Dios nos regala nuevas vocaciones. Una Iglesia mexicana en la que exista coherencia con el sentido paterno y materno de la presencia amorosa de Dios y nuestro comportamiento con los candidatos. Una Iglesia donde los jóvenes, yespecialmente los formandos, estén persuadidos de que son entrañable y verdaderamente amados.

2. Cultura de la koinonía. La comunión y la colaboración constituyen rasgos esenciales de la identidad de la Iglesia. Los centros diocesanos de pastoral vocacional sufren el continuo freno que proviene de las actitudes competitivas y de la incapacidad de trabajar en equipo. Estos comportamientos son elreflejo de un grado importante de falta de madurez humana e institucional. Estamos hastiados de instituciones que se aferran al número, que presumen de muchas ordenaciones y de grandes seminarios, pero en su interior no producen verdaderos procesos formativos. Existe también un cansancio en torno a los animadores vocacionales que cometen barbaridades cediendo a las presiones de sus instituciones y alas que proceden de los rasgos inconsistentes de su propia personalidad, bajo la forma de un afán de conseguir prestigio y de ser reconocidos. La falta de comunión y la competitividad causa una herida interna, que produce a su vez la desconfianza, el recelo y la maledicencia. Se extraña enormemente un verdadero sentido de Iglesia en nuestros mismos obispos y sacerdotes, en muchas institucionesde vida consagrada. Nos es urgente el evangelio de la unión fraterna, de los lazos afectivos, del sentimiento de ser hermanos, miembros de una sola familia. Donde tu éxito o el de tu institución es sentido como mío, porque hemos vencido las barreras del egoísmo y del prestigio para ir más allá, hacia el Pastor de un único rebaño. Sueño con una Iglesia mexicana en la que reine el mutuo aprecio, la...