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Subieron juntos al piso. Me acerco a ti, un poco más cada décima de segundo, disfrutando del incendio que provocas en mi piel, sin tocarte, aún. Siento que tu piel también se enciende, sintocarme, aún.

Nos acariciamos con besos llenos de promesas, besos cargados de sal, de la brisa del mar, brisas calientes que nos hunden en gemidos ahogados, en la cadencia del deseo deseante y deseado,del deseo de seguir deseando.



Entonces sintió unas manos que la rodearon y se quedó sin aire...
Comenzó a besarle el cuello, a rozar sus dedos en la boca, apretarla junto a él...
Buscando su piel,dejó entrar sus manos debajo de la ropa que poco a poco ella ayudaba a deshacer.
Apretaba sus pechos con esas manos que tanto la habían protegido. Y se ahogo en un gemido...

Con el sol de la mañanaentrelazaron sus cuerpos, una vez más, donde dejaban la huella de su pasión para siempre.

Lo abrazó desesperadamente, hundió su boca con la suya, sentía morirse, no podía separar su cuerpo de esasmanos que seguían apretando su pecho.
El se apretaba más fuertemente con ella. Sentía su calor. Quería más, quería que fuera de nuevo suya, que solo el pudiera darle ese placer infinito.
Saboreo suspechos, su dulce sabor, lamió sus endurecidos pezones. Ansiaba sentirse dentro de ella. Quería verla feliz.

Debajo de él, se perdió ante sus dedos que deseaban entrar en su calor y hacerla gemir.Tantos momentos que compartieron y tantos secretos. Juegos de sonrisas que llegaron a lo más dentro del corazón.

Y se adentro en ella. Moviéndose lentamente, bebiendo de los gemidos de su boca. Ladeseaba, la sentía, la tenía. Se daba cuenta que era el sentido de su vida. Que tocaba su alma. Que sin saber como ella conseguía penetrar hasta lo más profundo de sus sentimientos haciéndolo débil a todolo que tenía que ver con ella pero sobre todo cuando veía sus ojos.

Se aferró a su cintura para seguir al mismo compás. Aceleraba su ritmo, su placer, cada vez más rápido, más glorioso. Estaba...