Nuevo Paradigma De La Vida Religiosa: Vocacion – Convocacion – Mision

Nuevo paradigma de la Vida Religiosa: VOCACION – CONVOCACION – MISION
P. José A. García, sj

La religiosa o religioso de este paradigma necesita ciertas “observancias” básicas en su vida sin las cuales ni la vocación ni la convocación resultan posibles a largo plazo. No se trata solo de observancias externas, que también, sino de cultivos internos, espirituales. Porque, como ha hecho notar elsociólogo de la religión, P. Berger, las convicciones “heréticas”, es decir distintas de la cultura imperante solo se mantienen en pie y creativamente si las sostiene una fuerte experiencia interior y una “estructura social de plausibilidad” que las apoye y confirme. En nuestro caso esa fuerte experiencia personal estaría situada sobre todo en la “llamada” (lo que siempre es llamada a y llamadacon), mientras que la estructura de plausibilidad estaría más en la comunidad (que siempre es comunidad para).
Es lo que modernamente se llama “cultura congregacional” que a la vez que nos da visibilidad hacia fuera sostiene nuestra identidad hacia adentro. Y ya se sabe, no hay posibilidad de crear cultura sin responsabilizarnos de ciertas “observancias” también compartidas… Tal es el elementosiempre valido de lo que hemos llamado “modelo observancia”.
Sigue siendo importante, en segundo lugar, que el religioso o religiosa actual se sienta a gusto en su vida y en su ministerio, que se desarrollen interiormente y expresen toda su potencialidad interior sin muchas de las cortapisas innecesarias del pasado. Tal fue la aportación del paradigma de la autorrealización personal al que no haypor qué renunciar sin más. Se trata más bien de situarlo en su lugar debido, es decir, no como eje en torno al cual gire nuestra vida, sino como resultado de la auto – trascendencia del yo hacia el Señor y su Evangelio: “Dichosos vosotros si…”
No podremos ser, en tercer lugar, verdaderos seguidores de Jesús sin heredar de El su elan profético, su amor preferencial por los pobres, enfermos ypecadores, su crítica profética. El religioso o religiosa de este paradigma actual habrá de vivir esta pasión de Jesús pero sin desvirtuarla, es decir, sin desgajarla de su eje axial, la llamada de Dios. Así sucedió en los profetas, así sucedió en Jesús. Ni ellos, no El desarrollaron su actividad profética desde motivaciones ideológicas, o solo éticas, sino desde un yo mandate (P. Ricoeur), es decir,llamado y “mandado” por Dios a ejercer esa vocación. Para ellos misión y llamada era inseparables. Como eran inseparables el Dios Amor y la defensa de todas las victimas del des-amor.
Queda dibujado así lo que podría parecerse a un árbol de cuyo tronco salen varias ramas. El tronco seria el paradigma actual: vocación-convocación-misión vivido según el carisma de cada congregación religiosa. Lasramas serían los paradigmas anteriores que injertándose ene l tronco y recibiendo de {el su ser, al mismo tiempo lo alimentan. Alimentan al tronco, es cierto, pero no pueden erigirse en eje central del crecimiento del árbol. Su lugar es el que es.
Pasemos ahora, en este tramo final, a la pregunta del interés práctico: ¿en que tendríamos que insistir hoy para hacer más fecunda y eficaz esa vocaciónque el Señor nos ha confiado como don para la iglesia?
Soy muy consciente de que se trata de los qués y los cómos, pregunta inquietante por dos razones. En primer lugar porque anunciar horizontes para la Vida Religiosa sin descender a los medios que los hagan posibles no basta y puede incluso resultar frustrante. En segundo lugar porque no es nada fácil atinar con medios que seanuniversalizables. Confieso, pues, que participo de esa desasosiego.
Con todo, y consciente de esa dificultad, propongo tres pistas de nivel intermedio (es decir, que se sitúan entre los horizontes abstractos y las aplicaciones concretas) con la esperanza de que pueden inspirar practicas individualizadas para contextos que difícilmente pueden homologarse entre sí.
1-. La Vida Religiosa actual necesita provocar...