Nunca creí en el amor

Nunca creí en el amor, mucho menos que podría estar tan enamorado, a mi corta edad sentir la magia del amor me parecía por demás un regalo de la vida.

Recuerdo que hasta antes de entrar al bachillerato no había tenido ninguna experiencia con las chicas, muy apenas había entablado un par de conversaciones, cabe mencionar que en mi secundaria éramos kg puros varones, pero ahora que comenzabala preparatoria interactuaba con mujeres medio día, en mi salón había tal vez unas veinte, nunca las conté pero recuerdo que eran más chicas que chicos; yo sabía que tenía la facilidad de hacerlas sonreír, incluso de ponerlas a pensar, pero definitivamente no me creía un Don Juan ni mucho menos un “verbo”, como para considerar que tenía la destreza para generar la atención de una dama y muchomenos crear afecto o atracción, yo creía que les parecía un chico simpático, alegre, con ideas extrañas que las sacaban un poco de su contexto burgués, pero jamás me considere atractivo o sensual. Mi cuerpo adolescente no tenía forma ni figura, mi sonrisa era común, tal vez demasiada ordinaria, mis labios, hasta antes de la prepa, nunca habían interactuado con otros labios, así que no sabía besar, sies que existe un método para hacerlo de forma correcta, en sí yo no me consideraba atractivo, pero eso cambió….

Pasada la primera evaluación en la que rotundamente y por mucho fui el peor alumno, comenzó a circular por las bancas del salón el “chismografo” recuerdo que lo veía con curiosidad pues nunca en mi vida había respondido alguno, decían que era solo para las chicas, pero mi bandita seaventuro a robarlo de la mochila de Claudia, en el receso nos divertimos infinitamente leyendo las interesantes respuestas a sus bobas preguntas, sobre todo los jueves que teníamos clase de artes, el maestro era increíble y platicaba con nosotros como si fuera un jovenzuelo; entre las preguntas estaban: que si has besado a alguien con la lengua, que si te han tocado el trasero, que si ya... Enfin, y así hasta que una pregunta cautivo fatalmente mi atención “¿Quién se te hace el más guapo, sexy, galán, atractivo del salón?”, los ojos de mis compañeros alrededor se llenaron de misterio y el “uhhh” se hizo sonar, al acceder a la hoja de respuestas la sorpresa fue mayor, con una diferencia considerable de votos yo era al gusto de mis compañeras el más guapo, sexy, galán y atractivo delsalón, por encima de tipos como Omar Ruhenhoffer o Patricio Escalante que presumían un extenso currículum sexual a su corta edad y quienes por cierto eran parte de la bolita, las respuestas me dejaron en shock, la mirada se me seco, el estomago se estremeció y poco a poco sentí como mi lengua se aglutinaba de baba, hasta que súbitamente Patricio rompió el silencio y dijo, “viejas locas, ¿Cómo creen queChuyito, el jotito (refiriéndose a mí) es más guapo que yo?, ¿Qué le vieron?” Las carcajadas no se hicieron esperar, “Chuyito el jotito” murmuraban mis compañeros mientas la risa los invadía, fue entonces que les dije, “tal vez la diferencia fundamental entre el segundo y tercer lugar con respecto al primero se debe a mi educación, pues yo evito las malas palabras, siempre sonrío yfundamentalmente no ofendo ni denigro a nadie por su condición personal, su aspecto físico o su situación económica” “Jajajajaja” , una carcajada fue lo que obtuve como respuesta, “si, si ahora resulta que las chicas no quieren un macho sino un caballero, tonterías ja ja” y una sarta de estupideces salieron de la boca de mis compañeros. Los deje un minuto y en cuanto recobraron el aliento les comenté sinpensarlo, que si querían yo estaba dispuesto a demostrarles que a las chicas del salón no solo les parecía el más atractivo sino que muchas de ellas estarían dispuestas a volverse novias de un caballero como yo, antes que un patán como ellos. Fue entonces que el silencio reino de nuevo y después de masticar mis palabras y en vista que no había retrospectiva les dije que no terminaría el semestre sin...