nutricion
Más de 5 millones de argentinos destinan varias horas de su día a conseguir acceder a este recurso vital; cómo impacta esto es su salud, su calidad de vida y sus posibilidades de futuro
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Micaela Urdinez
LA NACION
SÁBADO 06 DE JUNIO DE 2015
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Bocas secas que piden a gritos que alguien -el que sea responsable, el que seconmueva- deje circular más agua por las venas terrenales, pero no son escuchadas. O lo que es peor son ignoradas. Sólo reclaman lo que para la mayoría es tan natural como respirar: abrir la canilla de su casa y poder calmar la sed. Para ellos, una utopía. Ciencia ficción. Algunos jamás vieron una ducha.
Presos de las inequidades sociales sobreviven con costos altísimos. Son más de 6,4 millones deargentinos (16% de la población total)que pierden gran parte de su día hurgando en cada pozo, cargando hasta el último balde. Mulas humanas a las que cada sol les trae la misma desesperación: conseguir lo más urgente y vital, agua potable.
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Algunos tanto y otros tan poco en este país de extremos. Comunidades rurales aisladas tienen la misma mala suerte que personas que vivenen las villas porteñas o los asentamientos informales del conurbano bonaerense. Se sofocan, se enferman más, van menos a la escuela, pierden sus trabajos...
Pero el primer premio de los contrastes -tan grotesco que duele- se lo lleva sin lugar a dudas la villa Rodrigo Bueno, en la Costanera Sur de la ciudad de Buenos Aires. A pasitos nomás del lujoso Puerto Madero que pavonea un exceso derecursos.
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"Agua", dice una voz a la vez que golpea la puerta de la casade Liz Cardoso. Una mano aparece por la ventana del primer piso que agarra la manguera de un camión contratado por el gobierno porteño para llevar agua a la 3ª y 4ª manzana de la villa Rodrigo Bueno. Así de precario es este ritual que se repite todas las mañanas. Es esto o el desierto. O tener que caminar a unacanilla comunitaria en la 3ª manzana o a otra en la plaza de Lola Mora.
"La usamos para lavar la ropa, los platos, el inodoro y para bañarnos. Cuando viene muy marrón ni siquiera para bañarnos. Para tomar compramos un bidón de 20 litros de agua mineral de Cimes que sale $ 55. Igual todos los días voy a la canilla de la 3ª manzana y traigo sólo dos baldes porque no puedo cargar más", explica Liz,mientras le terminan de cargar el segundo bidón azul de 100 litros que tiene en su casa. Allí vive con su marido y sus dos hijos de 3 y 5 años. En el piso de abajo están sus padres y a la derecha vive su hermana, embarazada, y su pareja.
La familia llegó al barrio allá por 2001, cuando la crisis los echó a patadas de un alquiler que tenían en Caballito y terminaron comprando un terreno por US$1500. "Como estamos muy cerca del río mi mamá sufre dolor de huesos por la humedad, tenemos muchas alergias y mis hijos tienen broncoespasmos. Lo único que nos hace falta es el agua y las cloacas", dice Liz, empleada de limpieza, que cobra la Asignación Universal por Hijo (AUH). A la vez que agrega: "Tenemos ducha, pero no la podemos usar porque no sale agua. Por eso nos bañamos en palangana, contachitos, y calentamos el agua con una pava eléctrica. Nosotros no nos vamos a ir de acá. Trabajamos todos los días para poder construir y mantener esta casa. Lo único que queremos es que nos den la escritura y nos pongan los servicios".
Son 1200 las familias que viven en este barrio que se creó a principios de la década del 80 sin acceso al agua potable. Obreros de la construcción que levantaron losaltos edificios de Puerto Madero y que hoy todavía trabajan para ellos: son empleadas de limpieza, de vigilancia, niñeras, que todos los días reciben la cachetada de la opulencia.
El predio está dividido en 4 manzanas, y sus límites delimitados por la ReservaEcológica, la ex Ciudad Deportiva del Club Boca Juniors y la Av. España al 1800. Existe una conexión irregular a la red de Aysa que llega...
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