Obra de teatro el robo 8 personajes

EL ROBO
(drama en tres actos)

PERSONAJES:

SEÑOR BASSOLS (Jefe de la empresa de seguros)
SEÑOR ESPIRIDIÓN (Su empleado más antiguo)
SEÑOR TITO (Empleado)
SEÑORITA CAMELIA (Empleada)
SEÑORITA ROSARIO (Empleada)
SEÑOR ITURBE (Cliente)
INSPECTOR
DETECTIVE

ACTO PRIMERO
(Oficina de una firma de seguros. Las cuatro mesas en que trabajan los
empleados, cada una con su lámpara,enfrentadas dos a dos, en sentido
oblicuo hacia el foro, donde se sitúa, a la derecha, una puerta que da a la calle.
Junto a ésta, en el ángulo, perchero con abrigos y paraguas. A la izquierda de
la puerta, ficheros y, seguidamente, ventana, que servirá para dar ambiente al
interior: iluminación de los momentos del día, siluetas de transeúntes, faros de
los coches... Y sobre todo la lluvia, que, conmás o menos intensidad, no dejará
de caer en ningún instante. En el lateral derecho, puerta que da al despacho
del señor BASSOLS. En el lateral izquierdo, los lavabos. Alguna curva gráfica
en las paredes. Es el crepúsculo. La lluvia resbala por el cristal de la ventana.
Los oficinistas han abandonado la entidad, menos el señor ESPIRIDIÓN,
encorvado sobre su mesa –a la izquierda, la delfondo–, efectuando
operaciones con la máquina de calcular. Es el típico empleado próximo a la
jubilación. Cabello escaso y canoso, lentes. Sale del despacho el señor
BASSOLS. Pulcro, atildado, con bigote y algo grueso. Tiene algunos años
menos.)
SR. BASSOLS: (Paternal.) Trabaja demasiado, señor Espiridión.
SR. ESPIRIDIÓN: Quiero cuadrar el balance antes de irme.
(Pausa.)
SR. BASSOLS: ¿Cómo seencuentra su hija? Con el día ajetreado que
hemos tenido, no he podido preguntarle.
SR. ESPIRIDIÓN: (Pesaroso.) Se va animando. O es lo que quiero
creer...
SR. BASSOLS: No se deje abatir. Si algo puedo hacer...
SR ESPIRIDIÓN: Gracias, señor Bassols. Será lo que Dios quiera.
SR. BASSOLS: Queda en la caja hasta mañana el dinero de la
indemnización. A primera hora, vendrá el señor Iturbe areclamarlo. (Descuelga
su abrigo, coge el paraguas y el sombrero.) Apague la luz antes de irse, no se
olvide.

SR. ESPIRIDIÓN: Sí, señor Bassols.
SR. BASSOLS: Buenas noches.
SR. ESPIRIDIÓN: (Se alza levemente de la silla.) Buenas noches.
Saludos a su esposa.
(Mutis del jefe. El empleado teclea unos minutos en su máquina.
Terminada la operación, se quita las gafas y se restriega los ojos decansancio.
Acto seguido, se pone en pie. Coge el impermeable y empuña su paraguas.
Apaga la lámpara, abarca el lugar con la mirada y se va. Da vuelta a la llave. El
ruido de sus pisadas en la acera se amortigua hasta desaparecer. La escena
permanece vacía y en silencio. La única iluminación, muy atenuada, proviene
de la calle a través de la ventana. Algunos transeúntes pasan velozmente,protegidos por sus paraguas. Al cabo, se vuelve a oír la cerradura. Una silueta
se recorta contra el fondo. El espectador no podrá identificarla. Entra y cierra,
permaneciendo unos instantes con la espalda apoyada contra la puerta. Sus
movimientos están llenos de cautela. Se introduce en el despacho del señor
BASSOLS. Ruidos y vuelve a salir, guardándose algo en un bolsillo. Espera a
que los escasosviandantes desaparezcan calle abajo y sale.
Sin transición, cambio de luces. La noche deja paso a un día gris. Sigue
lloviendo. El primero en venir es el señor ESPIRIDIÓN, que usa su llave. Se
quita el impermeable y lo deposita en el perchero junto con el paraguas. Ocupa
su lugar. A continuación, entra el señor TITO. Unos treinta años, buena
presencia, aire bohemio.)
SR. TITO: (Jovial.)¡Señor Espiridión...! ¿Por qué será que, por pronto
que me presente a trabajar, se encuentra usted ya sentado en su pupitre?
SR. ESPIRIDIÓN: Buenos días, señor Tito.
SR. TITO: (Despojándose de bufanda y gabardina.) ¿Buenos...? Ni
siquiera son regulares. Me habría quedado en la cama, olvidándome de que
existen el mundo y sus deleites.
SR. ESPIRIDIÓN: No debería trasnochar. Estaría jugando...