obra de teatro
Por Tania Ruiz
-El mundo es un lugar extraño –susurró Mirna al ver la procesión de tortugas que avanzaban con parsimonia (como sólo una tortuga sabe hacerlo), por la calle, deteniendo el tráfico.
Las personas se bajaban de sus carros para ver tan singular acontecimiento, tomaban fotos y varios escribían, seguramente para compartir la experiencia por su twitter ofacebook.
-¡Voy a llegar tarde al trabajo! –gritó Mirna enojada, no podía salir de su cochera porque un auto tapaba la entrada.
-¡Hay miles de tortugas por la calle! –Le dijo la desconocida cómo si Mirna no las pudiera ver-. No puedo mover el carro, las voy a aplastar.
La muchacha sonreía bobalicona y miraba embelesada a los lentos animalitos, como el resto de las personas ahí paradas, a Mirna ledieron ganas de encajarle los tacones de sus zapatos en los ojos para quitarle esa expresión estúpida del rostro.
Mirna abrió el cancel de su cochera, se subió a su carro y avanzó hasta quedar a unos centímetros del auto que le estorbaba. Tocó el claxon y todos voltearon a verla con asombro, en circunstancias normales más de uno le hubiera gritado o quizá hasta la habrían golpeado, ahora selimitaban a sonreírle y hacerle la señal universal de amor y paz.
Mirna tuvo que esperar, no entendía el porqué de tanto alboroto, después de todo sólo eran tortugas y por la cantidad que había ni siquiera eran animales en peligro de extinción. Es verdad que estaban bastante alejadas de la costa y era un poco inusual el hecho de verlas tan tranquilas por la calle pero eso era problema de losespecialistas y Mirna no era una especialista en comportamientos extraños de animales.
Ella era una ejecutiva de ventas de una prestigiosa firma de software. Era eficiente e implacable en su trabajo, esperaba convertirse en vicepresidenta en cinco años más. Estaba dispuesta a todo con tal de conseguir lo que se proponía, obviamente llegar tarde a una cita con un importante cliente no hablaría muy bien deella. Llamó para avisar que iba retrasada, para su sorpresa se encontró con que el cliente también iba tarde pues estaba varado ante un desfile de patos que recorría una de las principales avenidas de la ciudad. El cliente estaba eufórico y maravillado ante el espectáculo. Pospuso la cita pues decidió que se iría de vacaciones con su familia en ese momento.
-La vida nos da lecciones cuando menos loesperamos –le dijo por teléfono-. Esto debe tener un significado, me voy con mi familia a disfrutar el ahora –el cliente colgó.
A Mirna le pareció una reverenda tontería la decisión del señor, la estaba privando de una importante comisión y no sabía cuándo podría cerrar esa venta. Ahora tendría que esperar a que al cliente se le pasara el “efecto zooilógico” para concertar otra cita. Por lo menosno llegaría tarde al trabajo pues las dichosas tortuguitas ya habían avanzado lo suficiente como para que los carros dieran vuelta en busca de vías alternas.
Mirna llegó al trabajo sin más contratiempos pero se sorprendió al encontrar el estacionamiento casi vacío. Su sorpresa mayor fue al encontrar la puerta del edificio cerrada.
Lo que me faltaba, pensó.
Mirna buscó al guardia de seguridadpara preguntarle qué sucedía en el edificio, lo primero que cruzó por la mente de la chica fue una situación de amenaza de bomba, con tanta violencia en el país era algo posible. Bombas, granadas y amenazas por parte del crimen organizado se estaban volviendo el pan de cada día.
-Pero no en esta ciudad –la chica se sobresaltó con el sonido de su voz, no estaba acostumbrada a hablar sola y no erasu intención decir esa parte de su pensamiento en voz alta.
El guardia no apareció por ningún lado. La chica se metió a su carro, pensó en llamar a sus colegas pero observó, con disgusto, que su celular no tenía señal. Mirna sintió unas gotas de sudor en su frente, sacó las toallitas húmedas que siempre tenía a la mano para esas situaciones y se limpió. Su blusa comenzaba a pegarse en su...
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