obra las pareces escuchan
JUAN: Viéndome sin vos en ellos, estaba de los cabellos. ¿Del juego, cómo quedáis?
Que era robado el partido.
DUQUE: Cogiéronme de picado. He perdido, y me he cansado.
JUAN: Mil cosas habéis perdido:
BELTRÁN:¡Que haya juicio que del cansancio haga vicio, y tras un hinchado cuero,
que el mundo llama pelota,
DUQUE: De la guerrahas de pensar que es la caza semejanza, y así el ardid, la asechanza el seguir y el alcanzar es gustoso pasatiempo.
BELTRÁN:¿Mil contra una cuerva? Sí,bien dices; que son asi las pendencias de este tiempo.
JUAN: Beltrán, satírico estás.
BELTRÁN: En Madrid estuve yo en corro de tal tijera,que la pegaba cualquiera
JUAN:¿Fuera por eso peor?
BELTRÁN: Espántome que eso ignores. Más quecien predicadores importa un murmurador.
JUAN:Es agudo, y ha estudiado algunos años Beltrán.
DUQUE: ¿Qué hay de doña Ana?
JUAN: Esta noche parte, sin duda, a Madrid.
DUQUE:Nuestra invención prevenid.
JUAN:Ella, Duque, va en su coche; su gente, en uno alquilado.
DUQUE:Bien nos viene.
JUAN: Así lo espero.
DUQUE:¿Apercibióse el cochero?
JUAN: Ya, señor, lo he concertado.DUQUE:¿Y está en los toros doña Ana?
JUAN: No la he visto; pero sé que, cuando en ellos esté, no estará ni en andamio ni en ventana
ANA: ¿Cómo en los toros te ha ido?
LUCRECIA: aunque los toros he visto,prima, no los he mirado.
ANA: Yo apostaré que hay amor.
LUCRECIA: Forzoso es ya que te cuente, porque el daño no se aumente,la causa de mi
Dolor toma este papel y léeloANA:"Tu sentimiento encareces sin escuchar mis disculpas. Cuanto sin razón me culpas, tanto con razón padeces.Si miras lo que mereces,verás cómo la pasión te obliga a que, sin razón, agravies, en tu locura, con las dudas, la hermosura; con los celos, la elección…
LUCRECIA:¿Qué dices de ese papel?
ANA: ¿qué quieres que diga de él? Pierde el cuidado crüel que te obliga a recelar,cuando así me vestratar,
LUCRECIA: Mi celoso desatino el sueño me ha de impedir.
ANA: A las doce es el partir forzoso.
LUCRECIA: Y tú ¿no reposas?
ANA:No, Lucrecia; que mil cosas me faltan por prevenir.
LUCRECIA:¿Puedo ayudarte?
ANA: Ayudarme? dejarme sola será.
LUCRECIA: El obedecerte es ya forzoso.
ANA: Como el matarme.Celia, ven, ven a ayudarme alamentar mi tormento;
CELIA: ¿Qué ha sido?
ANA:Nuevos agravios del vil don Mendo; que, en suma,firma también con la pluma
lo que afirmó con los labios.
CELIA: Mudar consejo es de sabios.Hasta aquí nada has perdido; tu misma vista y oído
te han avisado tu daño. Agradece el desengaño que a tan buen tiempo ha venido.
ANA:No es, Celia, mi corazón ángel en aprehender,que nunca pueda perderla primera aprehensión. No es bronce mi corazón, en quien viven inmortales las esculpidas señales; mudarse puede mi amor.
CELIA:¿Serás firme en la mudanza?
ANA:0 el Cielo mi mal aumente.
CELIA:Tus venturas acreciente como el contento me ha dado tu pensamiento, mudado de un hombre tan maldiciente.
ANA:Que eran botes mi Jordán dijo de mí; ¿qué te altera que a tus años se atreviera?CELIA:¡Cuán diferente es don Juan! Ofendido y despreciado es honrar su condición,
cuanto el lengua de escorpión ofende, siendo estimado.
ANA:¿Qué te obliga a que tan mal te parezca mi desdén?
CELIA:Tener a quien habla bien inclinación natural
ANA:Celia, ¡si don Juan tuviera mejor talle y mejor cara!
CELIA:Pues, ¿cómo? ¿En eso repara una tan cuerda mujer?
ANA:No niego que, desdeel día que defenderme le oí,tiene ya don Juan en mí
mejor lugar que solía;porque el beneficio críaobligación natural.
CELIA:¿Podré yo ver el papel?
ANA:Pide luces, que la oscura noche impedirte procura ver mis agravios en él.
CELIA:Ya están las luces aquí.
ANA:Ten el papel.
ESCUDERO: Dos cocheros piden licencia de veros.
ANA:Entren.
ESCUDERO:Entrad.
Salen el DUQUE y don...
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