Obra Maestra

Por siempre juntos
Nada era igual desde que Romeo Montesco se fue, probablemente no regresaría nunca, pero aún mantenía esa pequeña esperanza de un día regresar a ese parque y encontrarlo.
Hace un año, exactamente, él tuvo que mudarse de la ciudad, sus padres tuvieron unos problemas y él estaba implicado en eso, tenía que ir a arreglarlo. No quería dejar a su novia pero no había otra manera desolucionarlo. 
Justo antes de irse, él le prometió con su vida que regresaría, y volverían a estar juntos, pero esa promesa aún no se cumplía.
Intentaron mantenerse en comunicación, pero cada vez era más difícil, hasta que un día ella perdió cualquier tipo de comunicación con él. Y eso paso 8 meses atrás. Ella no sería capaz de soportar toda la vida extrañándolo, era demasiado duro estar sinél.
Como todos los días, Julieta llegó al parque en el cual conoció a Romeo, se sentó en una banca situada justo en el centro del lugar, y comenzó a llorar. Ella sabía a lo que Romeo se arriesgaba al irse, no eran problemas normales, podía incluso morir, pero él no quiso decírselo, a pesar de que Julieta ya lo sabía.

Tres meses atrás…

-Tengo que hacerlo, cariño – la apretó más a su pecho –pero te prometo que regresaré, no importa qué.
-Te amo, Romeo– dijo entre sollozos.
- Yo también te amo, princesa, y te prometo que siempre lo haré, siempre estarás aquí – señalo su corazón-y volveremos a estar juntos – unió sus labios con los de su chica tiernamente, mientras las lágrimas de ambos se juntaban a ese beso, a su último beso – volveremos a estar juntos, lo sabes ¿verdad?- ellaasintió.

Días después…

Cada día era una tortura. Tener a Romeo en su mente todos los días, la destruía, lentamente. Cada noche recordaba sus besos, sus caricias, cuando le susurraba lo mucho que la amaba. Y esperaba volverlo a escuchar, aunque fuera tal sólo una vez.
Su chico le prometió que regresaría, solo para volverá a ver siquiera. Sólo se iría un año, le prometió. Y ahí estaba ella, en el díaque tanto esperó, para que nada diferente ocurriera. Nada la mantenía en pie, salvo ese día. Y sólo quedaban unas pocas horas para que acabara. Y si no ocurría nada diferente sabría lo que haría.
No había algo en su vida que la mantuviera viva, salvo él. Y sin él, ella era una chica sin vida, literalmente. Estaba preparada, unos pasos más, y daría un salto que la llevaría a su propia muerte, loúnico que le quedaba en esta vida. Se fue acercando un poco más a la orilla, evitando mirar hacia abajo, sabía que si lo hacía no sería capaz de lograr su objetivo. Pero antes de dejar de tocar el suelo, unos brazos la sostuvieron firmemente y la jalaron hacia atrás. Pronto las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, los brazos de su salvador la rodearon con más fuerza, intentando protegerlaabsolutamente de todo, incluyendo de su muerte.
-¿por qué? – susurró, mientras ella giraba para volver a ver ese rostro que tanto tiempo espero tener de nuevo – te amo, te amo, te amo – la tomó de la cintura y la alzó pocos centímetros del suelo, mientras ella rodeaba el cuello de Romeo con sus brazos, y escondía su cara en la curva entre el hombro y el cuello del chico.
- No tienes idea de cuántote extrañe, Romeo–dijo Julieta, y luego acercó su cara a la del chico, para darle un tierno beso en los labios – Te amo.
- Te amo muchísimo más, cariño – lentamente la fue soltando, cuidadosamente, para evitar que se lastimara – no sabes cuantas ganas tenía de volver a verte, volver a ver tu sonrisa, escuchar tu voz, volver a tenerte entre mis brazos – la besó en la mejilla – tengo que decirtealgo...
- ¿qué pasa?
- ¿Recuerdas los problemas de mi familia? – Julieta asintió – aún no se solucionan, algunas cosas empeoraron, y estoy aquí a espaldas de mis padres, se supone que no podía alejarme de ellos, porque si lo hacía estaría indefenso, y podrían matarme, pero no podía aguantar otro día sin tenerte junto a mí.
-Romeo, no puede ser, ¿matarte? ¿Tan malos son esos problemas? – Él...