obra
Gabriela: las colegialas siempre han sido una atracción para los hombres maduros.
Natasha: Sí, cuando íbamos de gira por la calle los hombres nos miraban de una manera demoníaca...
Yamilet: pero a nosotras no nosgustaba, seamos sinceras.
Natasha: pero era humillante.
Yamilet: para mí lo humillante es que no te miren.
Gabriela: los hombres se fijan en cualquier cosa con faldas.
Natasha: yo me acuerdo de algo que me dijeron, íbamos al museo de ciencias, me dijeron... me da vergüenza decirlo.
Yamilet: Pero no es posible que tenga tantos años de casada y todavía la avergüence decir algo y la sonroje.Natasha: me dijeron ¡adiós bizcochito!
Gabriela: que masculino.
Yamilet: pero exacto.
Natasha: oyeme no. Yo nunca me he sentido así.
Yamilet: pues yo sí, una vez a la semana por lo menos sí, relaja muchísimo.
(Entran Fátima y Naomi con una botella de vino tinto y copas)
Naomi: ¡por las panteras del 01!
Fátima: nuestra anfitriona propone que brindemos por los viejos tiempos recientísimos.Naomi: Un buen vino tinto. Debo confesar que guardaba esta botella para una noche especial.
Natasha: con tu marido supongo.
Naomi: eso es mucho suponer.
Yamilet: una noche especial con un marido ¡por Dios!
Fátima: ¿por qué no? yo he pasado noches maravillosas con bastantes hombres y suelen portarse muy bien.
Natasha: ¡qué igualadas son! no han cambiado nada.
Gabriela: ¿qué pasa, no lapuedes abrir?
Yamilet: para situaciones como ésta deberíamos tener un marido guardado en el closét.
Naomi: ni para esto, a ver, tomen las copas.
Gabriela: Natasha.
Natasha: para mí no, gracias, nunca bebo.
Naomi: esta noche sí vas a beber.
Natasha: es que me hace mal, me marea.
Naomi: no importa.
Natasha: es que el vino me da dolor de cabeza.
Fátima: tu marido te hace feliz y el vino te dadolor de cabeza, ¡qué exagerada eres mamita!
Natasha: no soy exagerada, soy honesta.
Gabriela: no, tú no es que seas honesta, es que te hacen falta virtudes para la deshonestidad, que es diferente.
Natasha: ¿Y eso es malo?
Fátima: no, pero es aburridísimo.
Naomi: oigan yo quiero decir unas palabras.
Yamilet: estás en tu casa, no faltaba más.
Gabriela: era inevitable.
Natasha: adelante,adelante.
Fátima: pero sin sermonear.
Naomi: nos conocimos cuando apenas éramos unas niñas...
Yamilet: ¡ay sí! nueve añitos, ¡qué pequeñas!
Fátima: Natasha era tan inocente que pensaba que pensaba que existía santa.
Natasha: sí, es cierto
Yamilet: ¿ya vieron? y apuesto a que ni siquiera le ha tomado.
Natasha: cuando tomo mucho, siento que me mareo.
Naomi: con el paso del tiempo nosfuimos formando y convirtiendo en mujeres y juntas hemos compartido todo: dormitorio, sueños, ilusiones; ni siquiera nuestros marido... bueno, las que nos hemos casado.
Fátima: ¡qué suertuda!
Gabriela: que envidia me dan
Yamilet: ¿estás oyendo a este par? se están burlando de nosotras.
Naomi: déjalas, repito, ni siquiera nuestros maridos nos conocen tanto como nosotras llegamos a conocernos.Fátima: mejor, se divorciarían en seguida.
Natasha: voy a dejar esto aquí.
Yamilet: Natasha, si te mareas no te preocupes, nosotras te acompañamos hasta tu casa.
Naomi: después tuvimos que separarnos y hacer cada quien su mundo.
Fátima: mejor di que los hombres empezaron a entrar a nuestro mundo.
Gabriela: ¿y te gustó?
Fátima: a mí por lo menos, sí.
Gabriela: sigues con tu forma sincera dedecir las cosas.
Fátima: pero se entienden ¿verdad?
Gabriela: oviamente.
Naomi: los años del colegio formaron nuestro carácter y nuestros gustos y ahora somos oviamente lo que deseábamos ser allá, por eso propongo que repitamos nuestro antiguo brindis.
Gabriela: ¿se acuerdan?
Yamilet: sí
Gabriela: ¿pero cómo empezaba?
Fátima: niñas buenas.
Yamilet: ¡jajá niñas!
Todas: ¡que sermoneo!...
Regístrate para leer el documento completo.