Obra
Mamaaaaaa – grito, pero nadie responde
Maaaaamiiii – vuelvo a rasmillar las cuerdasvocales, y aun no aparece ella.
Bajo de mi cama, con esa pereza que es característica de todos los fines de semana, me pongo mis pantuflas, la bata y un gorrito como para no terminar criogenizado.Avanzo hasta la sala y aún no encuentro a nadie, y vuelvo a gritar:
Mamaaaaaa – pero todavía no escucho la respuesta.
Ya con un poco de preocupación me apresuro en llegar a la habitación de mi madre,pero al llegar solo encuentro la cama bien tendida, y la habitación con un agradable aroma.
Oh’ si, ya recordé, Doña Catolica se fue a la misa de los domingos, pero que raro que siendo las 11 del diaaun no haya llegado, y lo peor es que me ha dejado sin desayuno. Me acerco a la cocina y husmeo el refrigerador, encontrando yogurt. A lo mejor y con esto logro saciar mi hambre.
Me siento en elcomputador esperando encontrar algo de sana diversión:
Pues no, ahora toda esta tecnología se ha vuelto pornográfica y banal, que rayos puedo sacar de todo esto? – grito sin darme cuenta de lo fuerte que lohago
Y escucho a mi madre entrando a mi habitación, y pregunta:
Steve, esta todo bien? Tus gritos se escuchan hasta la puerta de la casa.
Mamá, no seas exagerada. Ni que mi voz fuese gutural, apenas ypuedo escucharme.
Bueno, bueno. Ya has tomado desayuno?
Si tomar una botella de yogurt es desayunar, pues sí.
Esta bien, te llamo en cuanto termine de prepararte algo, pero ya no me andes gritandosandeces.
Pero mamá, no son sandeces, es la realidad, el mundo de ahora. – Y me cierra la puerta como queriendo calmar al “Crítico contemporáneo” que llevo dentro mío.
Prefiero ponerme los audífonos yescuchar un poco de buena música, cierro los ojos y sigo con mi droga natural. Me están reventando los oídos, pero esto es mucho mejor que estar distraído con la porquería diaria.
De repente siento...
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