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OBRA
¿Cómo llega un zapato a tornarse en metonimia de la existencia? El uruguayo Leo Maslíah, “ironista” irreverente si los hay, responde desde su ácido Zapato indómito, pieza que Víctor Arrojoeligió para escenificar en el teatro Cajamarca, en el rol de director, y que ofrecerá esta noche su segunda función.

Acorde al código Maslíah, la fábula no es más que una excusa y, claro,deliberadamente paradójica: una fábrica de zapatos que busca multiplicar su producción y a la vez despide a sus empleados.

“Sobre esa construcción absurda se arma la puesta”, cuenta el versátil Arrojo, quedesde su retorno al teatro el año pasado reparte sus jornadas entre la premiada Ella, obra en la que comparte cartel con Guillermo Troncoso, y Rotos de amor, que comanda Claudio Martínez. 
Respecto delproceso de construcción de la dramaturgia del Zapato..., explica: “Fuimos descubriendo en la obra discursos. Como todo buen texto, dispara muchas cosas. A nosotros nos parece que es una oda a ladispersión latinoamericana, porque es una de las características más fuertes de nuestro continente”.

De todos modos, definitivamente “la trama está marcada por el delirio y la sorpresa. Es un teatro muylúdico, porque es un humor directo. Por supuesto hay algunos gags verbales, pero llevan esa impronta tan particular desde la visión de Maslíah”, reflexiona Arrojo.

David Maya, Agustina Tornello yLucas Nasrala son los tres intérpretes que eligió Arrojo para encarar su nuevo y complejo desafío. En relación con el vínculo entre ellos y el texto resaltó que “desde que comenzamos a desentrañar laobra hace ya más de un año, nos divertimos y eso se evidencia también en escena, lo que repercute directamente en el espectador”.

Junto con el texto, la escenografía, a cargo de Carlos Croci,aparece como otro de los puntos que le otorgan potencia a la flamante creación de Arrojo. “La propuesta escenotécnica es muy interesante y ante todo, novedosa”, precisa Arrojo.

De todos modos, aclara,...