Obras
Al principio de la segunda parte de la novela, el narrador cuenta que pasan “meses y meses” sin que haya progreso en la investigación del crimen de la noche del 5 de agosto. Ésta continúa “con la lentitud alentadora del reo, lentitud con que en el Perú se procede dejando impune el crimen y tal vez amenazada la inocencia” (79).
A pesar de haber tomado las declaraciones de muchostestigos, el juez de paz, don Hilarión Verdejo, no ha hecho un juicio y cita a don Fernando Marín para que éste dé su testimonio. Marín no ha querido “empeñarse en aquel juicio” (79), pero cumple con la citación y llega a la oficina de Verdejo para hacer su declaración. Después de que llega el plumario Estéfano Benites, el juez de paz comienza la entrevista con Marín. Cuando Marín declara que sí“sabe quiénes atacó la casa o conoce los autores del atentado”, Verdejo concluye la entrevista diciendo que está suficiente para hoy y que anda muy ocupado con otras cosas. Al salir Marín, Benites y Verdejo planean el embargo para poder quitarle al campanero Isidro Champí de sus vacas, ovejas y alpacas y deciden que su amigo Escobedo será el que exige la orden para la entrega del ganado de Champí.“Encerrado en su cuarto por largas horas” (82), Manuel sufre por la contradicción entre la implicación de don Sebastián en el crimen y su deseo de ayudar a Lucía con los planes para el futuro de su nueva ahijada, Margarita. Después de largas vacilaciones, Manuel decide volver a la casa de don Fernando Marín y de su esposa la señora Lucía. Antes de llegar él coge una ramita de violetas del jardín de sumamá para dársela a Margarita, haciendo una comparación entre ellas y la modestia de la chica. Una vez en la casa de Marín, observa a Margarita estudiando una fichas grabadas con las letras del alfabeto. Lucía le pregunta a Manuel porque ha estado ausente por tanto tiempo, y él explica mencionando a sus preocupaciones recientes. Mientras estudia Margarita, Manuel expresa de manera disimulada suinterés en la chica y Lucía se da cuenta de los sentimientos de Manuel.
Gracias a “la asistencia caritativa” (85), el cura Pascual no muere del ataque de tifoidea y se va para la ciudad de Lima para pasar el período de su convalecencia allí. Mientras tanto, llega a Kíllac el hombre que ha sido designado por el Supremo Gobierno como la nueva autoridad de la provincia serrana. El coronel Bruno deParedes es conocido en el Perú “por gozar de influjos conquistados en torneos del estómago, o banquetes, como por sacar con frecuencia las manos del plato de Justicia” (85), y además es amigo antiguo de don Sebastián.
Don Sebastián y el coronel se reúnen en la casa de don Sebastián para hablar de los sucesos de los últimos meses. Paredes critica a don Sebastián por haber tomado en cuenta lassugerencias de Manuel, y le dice que a pesar de su resignación, nuevamente le va a nombrar gobernador a don Sebastián. Paredes declara su intención de aprovechar de su nueva posición para sacar beneficias, y dice que quiere incluir a don Sebastián en sus planes.
Nuevamente en la casa de don Fernando Marín, Manuel y Marín lamentan el estado de las autoridades en el pueblo. Marín revela sus planes paramandarlas a las chicas a educar en Lima. Manuel le da a Margarita el ramillete de violetas y ella lo acepta. Los hombres continúan hablando de la nueva autoridad, quien parece no querer la amistad de Manuel. Éste se va de la casa y se pierde en sus pensamientos de Margarita. Piensa que si puede revelar la verdad se su verdadero padre a don Fernando, podrá estar con Margarita. Se resuelva además aseguirla a Margarita cuando se vaya a Lima y estudiar para hacerse abogado.
Mientras Manuel está en la casa de Marín, los vecinos notables de Kíllac se reúnen en la casa de don Sebastián para conocer al nuevo subprefecto, coronel Paredes. Paredes declara su esperanza de poder apoyar a los vecinos y de recibir su apoyo también. Avisa que “debemos aprovechar de la estación para hacer nuestro...
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