Obras
Su ubicación puede plantearse de dos maneras. Por un lado desde la vanguardia, escuela, movimiento o rótulo en el que muchos quieren estacionarlo. De otro lado, desde o a raíz desu poesía visceral, incisiva, un tanto corrosiva, aguda y punzante.
Su locus primero obedece a que se instaura como uno de los poetas más distinguidos de las vanguardias americanas. Al lado de Octavio Paz, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Nicolás Guillén, entre otros, César Vallejo consolida para el mundo lo que sería la poesía del siglo XX.
Su locus segundo puede explicarse desde lapercepción de un lector acostumbrado a una retórica simple, un poco barroca, almibarada o en demasía ligera. La poesía de Vallejo es ruptura ante todo, una búsqueda tan honda que por eso mismo se aleja del aplauso, la venia, la admiración de lo escueto: es una escritura que rompe paradigmas, quiebra sedimentos –sobre todo mentales y espirituales- de cruentos movimientos telúricos. Esa puede ser unaexplicación para que cientos de lectores lo encuentren aburrido, pesimista o traumático, ¿hay algo más traumático que la vida de un hombre? ¿Cómo cantarle al alba después de que su madre ha muerto y el hogar se desmorona como “piedra sobre piedra”?
En la poesía, como en todas las artes, queremos hallar, desde la contemporaneidad, escenas bucólicas que nos lleven a “los años mejores”, si es que algunavez existieron –desde perspectivas de fuga- o pretendemos hacer existir. Una poesía de sabores, olores, contra la que no poseo ninguna afrenta, que nos regocije como lo hacen los libros de receta o esas narrativas de “ciencia ficción” escritas por las máquinas de hacer dinero, Paolo Coehlo o Carlos Cuauhtemoc Sánchez, narradores que hallaron la piedra filosofal desde lo mercantil y bursátil, y nodesde el dolor y el fuego como lo hizo el poeta peruano:
Hay un vacío en mi aire metafísico que nadie ha de palpar;el claustro de un silencio que habló a flor de fuego.
Es lógico admitir que César Vallejo es un poeta supremamente mustio, ¿qué lo impulsa a no serlo? ¿Debemos juzgarlo por no ser divertido o radiante, por no causar esperanzas –debemos confiarnos a ellas?- por estar en permanentefuga con Dios o con lo que concebimos de él?:
Yo nací un día que Dios estuvo enfermo.
La poesía es la historia del espíritu, es el pálpito de un cuerpo interno –en contravía a la narrativa-, la voz de demonios y espectros que subyacen en el subsuelo de un hombre en combustión. ¿Cómo pretender que Vallejo sea ajeno a su cruz, a sus calvarios, a sus caminatas por el monte de sus olivos?César Vallejo es, reitero, un intelectual de escrituras funestas, sombrías. En él hallo más verdad y más sabiduría que en todos los libros de superación personal que se siguen comercializando como si fueran la gran panacea o el terreno prometido por la tradición religiosa.
Espergesia y lo hereje
Yo nací un día que Dios estuvo enfermo,grave.
La permanente reiteración de un Diosenfermo nos lleva a plantearnos muchas preguntas, ¿es César Vallejo un ateo? La respuesta puede abarcarse desde muchas direcciones. Sin embargo, pretendo imaginar que el poeta hace alusión o plantea la posibilidad de un Dios imperfecto; no lo niega, ni lo anula, lo cuestiona, lo refuta. Su arribo al mundo natal lo lleva a plantearse la posibilidad de un universo en permanente fricción, en donde losequilibrios o las armonías entre los opuestos nunca serán posibles.
Su incursión en el marxismo –del que después se aleja-, la muerte de su madre, sus amigos, sus mayores, las guerras, lo llevan a asumir una interiorización escrita con sangre, interiorización que él entrega después en su escritura y que se constituye en una médula problemática para sus contemporáneos, al punto de recibir críticas...
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