Observando El Parque De Berrío

Nuestra Constitución Política dice en su ARTICULO 25 que: “El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas.” En Medellín no tenemos mucha justicia, no tenemos mucha dignidad, no tenemos mucha protección del estado, pero sí tenemos mucho paisa pujante yverraco que se rebusca el trabajo, la mayoría de las veces, no por derecho, sino por obligación.
El Parque de Berrío y todo lo que lo circunda es un ícono urbano, lleno de matices y significaciones, ubicado en pleno corazón de la ciudad y adornado por la iglesia de La Candelaria, la cual está desde 1649 al costado oriental de este. El lugar ha sido por siglos el punto de encuentro de muchos. Fuemercado público y escenario político, hoy por hoy es el lugar donde se asientan decenas de vendedores que se enfrentan al sol, la lluvia, el cansancio, el hambre y al carácter de muchos que miran por encima del hombro, que señalan, que atacan.
Si vemos más hacia los alrededores nos damos cuenta de que es una zona financiera, pues ahí están ubicados grandes y prestantes bancos del país, lo quepermite ver un bonito contraste entre nuestra parte económica en progreso, de la puerta de estos bancos hacia adentro, y una parte económica crítica en las afueras de estos imponentes edificios.
Nos detuvimos a observar cuatro personajes que interactúan día tras día en el Parque Berrío, en el centro de nuestra ciudad, un lugar atosigado de gente, olores, colores y hasta sabores. Estos cuatro sujetosson: un embolador de zapatos, una señora que vende tintos, una jovencita que vende minutos para llamar a celulares y un anciano que tiene la suerte en sus manos, es un vendedor de lotería.
El embolador viste una camisa blanca, un pantalón azul y zapatillas negras muy bien lustradas para hacerle propaganda a su negocio, guarda en su caja de madera unos 3 frasquitos con líquidos desconocidos peroque ayudan a dejar relucientes los zapatos de sus clientes, cajas de betún y cepillos de distintos tamaños. Se frota el abdomen durante varias ocaciones, probablemente le haya abierto el apetito ese aroma a pollo que de repente se ha abierto espacio entre el humo de cigarrillos y el vapor de los vasos de café de una de sus vecinas, una mujer robusta con grandes y brillantes ojos oscuros que sonríea cada persona que se le acerca a pedirle un “tintico”.
La amable señora no sólo provee a este hombre de la caliente bebida, también a un viejo delgado de chaqueta negra que cojea de un lado a otro ofreciendo sus billetes de lotería y que se sienta de vez en cuando a palpar su rodilla, ha de dolerle, se nota en su caminar. Se le acerca una bonita joven de tes blanca con zapatos altos y unllamativo vestido de flores que lleva encima un chaleco negro con un aviso de letras grandes que dice: “Minuto $200”. Se sienta a su lado y descarga en la misma banca de cemento un celular, buscando introducir sus brazos en el chaleco. Está venteando fuerte, hace frío y comienza a briznar.
En la misma plaza podemos ver que estos cuatro están rodeados de todo tipo de comerciantes y manifestacionesculturales propios de la región, actos que para muchos, siguen siendo un plan perfecto de entretenimiento y admirarción, una pequeña muestra del arrojo y creatividad del talento Antioqueño. Guitarras que suenan al ritmo de trova interpretadas por campesinos aficionados que alegran con su folclor.
La lluvia empieza a caer sobre los tendidos de plástico y tela sobre los que reposa variedad enmercancía que debe ser recogida a toda prisa. Si bien de estos productos viven los vendedores ambulantes, es mucho lo que día a día obtienen en pérdidas, no sólo por el clima, sino por las condiciones de la zona que estamos tratando. No es extraño encontrarse con ciertos individuos que viven a costa del esfuerzo de otros y que se adueñan de lo que no les pertenece. Por ello se podría decir que los...