Octavio Paz Por El Mismo

Páginas: 15 (3715 palabras) Publicado: 27 de septiembre de 2012
Entre 1935 y 1938 el observador más distraído podía advertir que una nueva generación literaria aparecía en México: un grupo de muchachos, nacidos alrededor de 1914, se manifestaba en los diarios, publicaba revistas y libros, frecuentaba ciertos cafés y concurría a las salas de teatro experimental, a las exposiciones de pintura, a los conciertos y a las conferencias.
Las primeras publicacionesde los nuevos escritores fueron revistas de poesía. Rafael Solana dirigió Taller poético, donde aparecieron todos los poetas de valía de esos años, de Enrique González Martínez y Carlos Pellicer a los más jóvenes, como Alberto Quintero Álvarez y Efraín Huerta.

Aquellos jóvenes también asistíamos -gran diferencia con la generación anterior- a las reuniones políticas de las agrupaciones deizquierda. Las relaciones de esa generación con la precedente (la de Contemporáneos) eran ambiguas: nos unía la misma soledad frente a la indiferencia y hostilidad del medio así como la comunidad en los gustos y las preferencias estéticas. Los jóvenes habíamos heredado la “modernidad” de los Contemporáneos , aunque no tardamos en modificar por nuestra cuenta esa tradición con nuevas lecturas einterpretaciones; al mismo tiempo, sentíamos cierta impaciencia (y Efraín Huerta verdadera irritación) ante la frialdad y la reserva con la que la generación anterior veía a las luchas revolucionarias mundiales y su no velado desvío ante la potencia que, para nosotros, encarnaba el lado “positivo” de la historia: la Unión Soviética.

Ya he contado cómo conocí a los poetas de Contemporáneos cuando eraestudiante. En 1935 conocí a Jorge Cuesta. Eran los días en que se debatía el tema de la “educación socialista”. La disputa llegó a la Universidad. El Consejo Universitario discutió con pasión el asunto. Los estudiantes nos agolpábamos en los patios y los corredores del edificio. La lenta marea humana me empujo hacia las puertas en el momento en que salía Cuesta. Alto, delgado, elegante, vestido degris, rubio, ojos de perpetuo asombro, labios gruesos, nariz ancha, extraña fisonomía de inglés negroide. Comenzó, en medio de la multitud y los gritos, una conversación entrecortada. A los pocos minutos dijo:
-¿Le interesa mucho lo que ocurre aquí?
-No demasiado. ¿Y a usted?
-Tampoco. Lo invito a comer.

Salimos de San Ildefonso y Jorge me llevó a un restaurante. Mi emoción y mi nerviosismodeben de haberle divertido. Era la primera vez que yo comía en un lugar elegante ¡y con Jorge Cuesta! Hablamos de Lawrence y de Huxley, de Gide y de Malraux, es decir, de la curiosidad y de la acción. Esas horas fueron mi primera experiencia con el prodigioso mecanismo mental que fue Jorge Cuesta. Al hablar de mecanismo no pretendo deshumanizarlo; era sensible, refinado y profundamente humano.Pero su inteligencia era más poderosa que sus otras facultades; se le veía pensar y sus razonamientos se desplegaban ante sus oyentes como si fueran algo pensado no por sino através de él. Una noche tuve la rara fortuna de oírlo contar, como si fuese una novela, uno de sus ensayos más penetrantes: El clasicismo mexicano. Luego me envió un ejemplar de la revista en la que aparecía el ensayo; alleerlo, el deslumbramiento inicial se transformó en algo más hondo y más duradero: una reflexión que todavía no termina. Desde quellos días mis ideas sobre la literatura han cambiado pero, sin la conversación de aquella noche, tal vez yo no habría comenzado a pensar sobre estos temas. Tampoco habría logrado hacerlo con un poco de rigor e independencia.

En esos años llegó a México el poetaguatemalteco Luis Cardoza y Aragón. Era casi de la misma edad que los Contemporáneos, venía de Europa y su conocimiento de la vanguardia europea era directo. En sus poemas y en su actitud se reunían al fin de las dos mitades que a Huerta y a mí nos parecían fatalmente irreconocibles y, al mismo tiempo, inseparables: la visión y la subversión, la rebelión y la revelación. La actividad de Cardoza y Aragón...
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