Octavio Paz
Octavio Paz
Extraído de La Jornada, México, martes 8 de abril de 1997
[…] El lenguaje nos da el sentimiento y la conciencia de pertenecer a una comunidad. El espacio seensancha y el tiempo se alarga: estamos unidos por la lengua a una tierra y a un tiempo. Somos una historia.
La experiencia que acabo toscamente de evocar es universal: pertenece a todos loshombres y a todos los tiempos. Pero en el caso de las comunidades de lengua castellana aparecen otras características que conviene destacar. Para todos los hombres y mujeres de nuestra lengua laexperiencia de pertenecer a una comunidad lingüística esta unida a otra: esa comunidad se extiende más allá de las fronteras nacionales. Trátese de un argentino o de un español, de un chileno o de un mexicano,todos sabemos desde nuestra niñez que nuestra lengua nacional es también la de otras naciones. Y hay algo más y no menos decisivo: nuestra lengua nació en otro continente, en España, hace muchossiglos. El castellano no solo trasciende las fronteras geográficas sino las históricas: se hablaba antes de que nosotros, los hispanoamericanos, tuviésemos existencia histórica definida. En cierto modo,la lengua nos fundó o, al menos, hizo posible nuestro nacimiento como naciones. Sin ella, nuestros pueblos no existirían o serían algo muy distinto a lo que son. El español nació en una región de lapenínsula ibérica y su historia, desde la Edad Media hasta el siglo XVI, fue la de una nación europea. Todo cambió con la aparición de América en el horizonte de España. El español del siglo XX no seríalo que es sin la influencia creadora de los pueblos americanos con sus diversas historias, psicologías y culturas. El castellano fue trasplantado a tierras americanas hace ya cinco siglos y se haconvertido en la lengua de millones de personas. Ha experimentado cambios inmensos y, sin embargo, sustancialmente, sigue siendo el mismo. El español del siglo XX, el que se habla y se escribe en...
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